El grupo de trabajo creado por el Gobierno portugués para valorar la futura construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI) en la Central Nuclear de Almaraz considera que es «segura» y «adecuada» y ha emitido un parecer positivo sobre el proyecto. Así se recoge en el informe elaborado por este grupo y presentado ayer en Lisboa en la sede de la Agencia Portuguesa del Medioambiente por el presidente de esta entidad, Nuno Lacasta.

El documento está redactado a partir de la información que se facilitó a los técnicos lusos que visitaron en febrero pasado las instalaciones de la central y el emplazamiento del futuro almacén. Aunque no se trata de un informe vinculante, es indicativo de cuál puede ser el pronunciamiento final que el Ministerio de Medioambiente portugués trasladará al Ministerio de Energía español.

Estas visitas formaron parte del acuerdo amistoso al que llegaron los gobiernos español y portugués por el que este último retiró la denuncia que había presentado con arreglo al artículo 259 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), por entender que España no había valorado el impacto transfronterizo del proyecto. A cambio de no seguir adelante con esta reclamación, el Ejecutivo luso tendría que recibir toda la información pertinente en materia medioambiental y de seguridad nuclear sobre este proyecto, además de no poderse conceder la autorización para comenzar las operaciones del almacén de residuos nucleares hasta que hubiesen podido examinarla.

Aunque desde la central se ha incidido en diversas ocasiones en la necesidad de contar con este almacén ya a muy corto plazo, ante el elevado grado de saturación de las piscinas de sus reactores, contar con él supone también un paso más para poder continuar operando más allá del 2020. En ese junio de ese año expira la licencia de Almaraz, por lo que debe presentarse la solicitud de prórroga como muy tarde en el mismo mes de este año.

Sin no se producen contratiempos, las instalaciones del ATI estarán listas a inicios del 2018. De momento, los trabajos de construcción marchan según lo previsto, y continúan realizándose las labores de movimiento de tierras.

EL INFORME / «La construcción del ATI es una solución adecuada en términos de seguridad y almacenamiento, tomando como referencia patrones y prácticas internacionales», señaló ayer Nuno Lacasta, que explicó que no se detectaron impactos transfronterizos para Portugal en situación normal de funcionamiento o en caso de accidentes «severos».

En cuanto al peligro sísmico, una de las amenazas que con frecuencia se apuntan, el grupo considera que la construcción se llevará a cabo en una zona de «baja peligrosidad sísmica». Aun así, el grupo de trabajo deja varias recomendaciones e insta a las autoridades portuguesas a que acompañen la evaluación que realicen el Consejo de Seguridad Nuclear y otras autoridades españolas en las fases futuras del proceso de construcción y operación.

El coordinador portugués del Movimiento Ibérico Antinuclear (MIAN), Antonio Eloy, resaltó ayer que Portugal aún no ha adoptado una postura definitiva sobre el ATI y calificó de «increíble» y «vergüenza» el informe. El ecologista luso precisó que lo que se ha conocido es la postura de la Agencia Portuguesa del Medioambiente, dependiente del ministerio homónimo, pero esa no es todavía la postura del gobierno portugués. Además, dijo que esta decisión ha sido «inmediatamente contestada» por todos los grupos ecologistas y partidos políticos «que por unanimidad están en contra de la construcción del ATI y la prolongación de la vida útil de Almaraz». A su juicio, esta agencia tuvo esta posición «sin tener en cuenta los datos que los grupos ecologistas y ciudadanía les han hecho llegar».

Recordó que esta agencia fue la encargada de hacer la visita a Almaraz, «que se hizo sin participación de la ciudadanía, ni grupos ecologistas ni verdaderos expertos». Antonio Eloy aseguró que en la Cumbre Ibérica de final de mes, el primer ministro portugués «tendrá una posición muy fuerte, ya que será el primer tema de conversación».