"Esperamos descubrir varios miles de cadáveres más". Con esta contundencia se expresó ayer Shekhar Chandra Das, responsable del Gobierno de Bangladés encargada de gestionar la grave crisis tras el azote del ciclón Sidr , que barrió el sur del país. Las autoridades informaron de que, por el momento, se han localizado 1.723 cuerpos, pero las estimaciones son de unas 3.000 víctimas mortales, ya que algunas zonas están incomunicadas. Se trata de una de las regiones más pobres del mundo, dado que el 40% de sus habitantes vive con menos de un dólar (70 céntimos de euros) al día.

Algunos testigos describieron al Sidr como una impresionante masa blanca de 500 kilómetros de diámetro, que barrió con vientos de 240 kilómetros por hora los distritos limítrofes con el estado indio de Bengala. En Jhalokati, una de las ciudades más severamente afectadas, el tifón arrancó de cuajo centenares de casas, la inmensa mayoría construidas con madera y paja. Los fuertes vientos iban acompañados de lluvias torrenciales.

"Nunca he sido testigo de escenas tan terribles. Era el infierno. Vi volar decenas de casas enteras", afirmó Manik Roy, hombre de negocios de 50 años. "Unas 500 personas nos cobijamos en un edificio público. Las ventanas estallaron y tuvimos la impresión de que todo el edificio temblaba", añadió.

ENORME TRAGEDIA La mayoría de las muertes se registraron por la caída de árboles sobre las viviendas. Los heridos también se cuentan por millares. Para llevarles ayuda, la Marina envió cinco buques cargados de comidas y medicamentos.

Las autoridades aseguraron que Bangladés se enfrenta a la peor catástrofe desde 1970, año en el que murieron más de 500.000 personas durante un ciclón. En esta ocasión las víctimas no serán tantas porque 250.000 personas fueron evacuadas a refugios preparados.

La UE entregó 1,5 millones de euros en ayuda humanitaria y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) destinó 750.000 euros a alimentos y agua potable para las víctimas del ciclón. Después de una reunión de coordinación con Defensa, oenegés y comunidades autónomas, el secretario general de la AECI, Juan Pablo de Laiglesia, informó de una "primera aportación" de 1.600 toneladas de comida a 830.000 personas durante 15 días.