La Comisión Europea propuso ayer a los Veinticinco mantener la fecha del 3 de octubre para iniciar las negociaciones de adhesión de Turquía, pese a los temores expresados por los ciudadanos franceses y holandeses hacia la ampliación en los referendos constitucionales. Como contrapartida planteó un marco muy estricto de negociación, que los ministros de Exteriores de la UE empezarán a debatir en julio. El marco para negociar la adhesión de Turquía "será el más riguroso" de los adoptados hasta ahora, dijo el comisario de Ampliación, Ollie Rehn.

Como concesión a los temores que despierta la adhesión de Turquía, el proyecto de negociación insiste, como la cumbre de diciembre del 2004, en que "esas negociaciones son un proceso abierto, el resultado del cual no puede ser garantizado de antemano". El comisario Rehn señaló que Turquía ha adoptado desde el 1 de junio las seis reformas legales y penales pendientes y que el último prerrequisito pendiente para abrir las negociaciones es la ampliación de los acuerdos aduaneros de Ankara a los 10 nuevos estados miembros, que representa reconocer, de hecho, a Chipre como Estado.

La aprobación de cada uno de los 35 capítulos de la negociación y la adhesión final de Turquía requerirá la unanimidad de los Veinticinco.

El marco fija, además, largos periodos transitorios, derogaciones o cláusulas permanentes de salvaguarda. Las negociaciones podrán suspenderse si hay una vulneración "grave y persistente" de los principios de libertad, democracia y respeto de los derechos humanos en Turquía. Las negociaciones durarán al menos una década.