Los analistas franceses especulaban de nuevo ayer sobre una posible dimisión del primer ministro, Dominique de Villepin, marginado en la salida de la crisis del contrato de primer empleo (CPE) después de que Nicolas Sarkozy, ministro de Interior y presidente del partido del Gobierno, la Unión por un Movimiento Popular, tomara las riendas del diálogo. Tan débil era la posición del jefe de Gobierno que el presidente, Jacques Chirac, intervino para protegerle.

El diario Le Parisien presentó en portada a Sarkozy como "el primer ministro bis", después de que éste propusiera a los sindicatos un "diálogo sin tabús", según informó Bruno Julliard, presidente de la UNEF, principal organización estudiantil. Sin tabús quiere decir que se estudiará incluso la posibilidad de anular la ley, a lo que se sigue oponiendo Villepin. Chirac intercedió de nuevo ayer en su favor, para ordenar que la propuesta de ley que deben elaborar los parlamentarios de la UMP se haga "en coherencia entre los presidentes de la UMP en las dos Cámaras, el primer ministro, así como los dos ministros implicados Trabajo y Asuntos Sociales)". Chirac hizo esta precisión en el marco de una entrevista con Sarkozy, informaron fuentes del Elíseo.

EL GRAN PERDEDOR En plena negociación sobre el CPE, Sarkozy y Villepin fueron llamados por separado por el jefe de Estado. Sarkozy permaneció media hora con el presidente, que lo acompañó a la salida. "¿Qué queda de Dominique de Villepin?", preguntaba ayer el diario Le Figaro . Un sondeo indica que el 75% de los franceses piensan también que el primer ministro es el gran perdedor de esta crisis. Sin embargo, él no se da por vencido aunque la pirueta legislativa del presidente, que optó por promulgar la ley y pedir que no se aplique, no convenció a nadie.

El hecho es que la intervención inmediata de Sarkozy ante los jefes sindicales y estudiantiles tuvo la virtud de entreabrir la puerta del diálogo. Así lo reconoció el representante estudiantil Julliard, quien, de acuerdo con los sindicatos, está dispuesto a "pactar" la propuesta de la ley que modificará el CPE en dos puntos: el periodo de prueba y la justificación del despido.

Las organizaciones sindicales y estudiantiles siguen rechazando la idea de un CPE-2 y exigen que las negociaciones sean sin condiciones y que se pueda discutir todo, incluida la anulación del polémico contrato.

DEMOSTRACION DE FUERZA Por tanto, se mantienen movilizados y dispuestos a efectuar una nueva demostración de fuerza hoy, en la quinta jornada de acción nacional contra la reforma, convocada con la intención de "enterrar definitivamente el CPE".

El objetivo es ir lo más rápido posible, pero con el Parlamento cerrado por vacaciones el proyecto no podrá debatirse antes de principios de mayo. Hasta entonces, los empresarios pueden contratar legalmente a jóvenes de menos de 26 años con la fórmula del CPE. Pero el ministro de Cohesión Social, Jean-Louis Borloo, ha escrito a 220 sectores profesionales para que no apliquen la ley, algo que es, al parecer, ilegal y por lo que podría ser procesado, según destacó el diputado radical de izquierdas Roger- Gérard Schwartzenberg.