Cuatro miembros de la organización ecologista Greenpeace escalaron hoy una grúa instalada al lado del Parlamento británico en protesta por el plan del Gobierno de renovar el Trident, el sistema de disuasión nuclear del Reino Unido.

Los ecologistas -dos hombres y dos mujeres- desplegaron una pancarta en la que sugieren que el primer ministro británico, Tony Blair, "quiere" a las armas de destrucción masiva.

Según informó hoy un portavoz de Greenpeace, la Policía intentó detener a los manifestantes cuando empezaron a escalar la grúa, pero los cuatro consiguieron llegar hasta lo más alto de la estructura.

Desde allí, los ecologistas llamarán por teléfono móvil a los diputados británicos para pedirles que voten en contra del Gobierno cuando la Cámara de los Comunes se pronuncie mañana sobre el plan de renovación del Trident.

"Los cuatro voluntarios tienen la intención de ocupar la grúa hasta que se celebre la votación", añadió el portavoz de Greenpeace.

"Esperan llamar por teléfono a la mayor cantidad de diputados que sea posible para pedirles que no respalden nuevas armas de destrucción masiva", puntualizó la fuente.

El descontento en las filas laboristas por la decisión de la Administración británica de renovar el Trident aumentó ayer con la dimisión de Nigel Griffiths, vice-líder de los Comunes.

Según Griffiths -diputado laborista por la circunscripción Edimburgo Sur (Escocia)-, su renuncia le permitirá votar en contra del Gobierno.

La dimisión del político ha puesto de manifiesto las dificultades que puede afrontar Blair para conseguir apoyo parlamentario a sus planes de renovación del sistema de disuasión nuclear.

El Libro Blanco sobre el sistema Trident de misiles estratégicos nucleares basados en submarinos cifra su renovación en 20.000 millones de libras (unos 29.000 millones de euros), pero Greenpeace cree que el coste final puede ser cinco veces más alto.