En un brutal ataque, susceptible de constituir un crimen de guerra, el Ejército israelí bombardeó ayer desde el aire una mezquita y dos viviendas de Gaza. Los misiles enterraron a 13 civiles, entre ellos un anciano, tres niños y un cámara de la agencia Reuters, de 24 años, que viajaba en un todoterreno identificado claramente como medio de prensa. La ofensiva se produjo después de que tres soldados hebreos murieran en una emboscada mientras patrullaban en la franja, cerca de la valla fronteriza. Horas antes, los militares mataron a cuatro milicianos de Hamás y a otro de la Yihad Islámica.

El Ejército israelí dio versiones contradictorias. Mientras uno de sus portavoces declaró a este diario que los soldados se limitaron a responder desde tierra a disparos provinientes de la mezquita atacada, otro aseguró a la prensa local que la aviación arremetió contra un grupo de militantes armados que salían del campo de refugiados de Al Bureij hacia la frontera.