Sabe mejor que yo que no puedo lidiar con esta gente. Si están podridos están podridos. Lo mejor es deshacerse de ellos. Si los cogieron en Afganistán, suéltenlos en Afganistán, en medio de la zona de guerra".

La propuesta, referida a los presos de la cárcel de Guantánamo, la hizo en febrero del año pasado Sheik Jaber al-Khaled al-Sabah, ministro de Interior de Kuwait, en una conversación con el embajador estadounidense. Dejó claro que el discurso público de entonces del Gobierno kuwaití, que aparentaba solicitar a Washington el traslado de todos los ciudadanos de su país, era solo una pantalla para calmar los ánimos exaltados de la gente de su país.

Ahora, con la filtración por parte de Wikileaks de esa y otras muchas conversaciones referidas al traspaso de presos de la infame prisión de la base estadounidense en Cuba, quedan claras las complicadas negociaciones diplomáticas que lograron que, de los 775 prisioneros que llegó a albergar Guantánamo, queden ahora solo 174 en la prisión. Pero los llamados cables revelados por la web fundada por Julian Assange confirman también que Washington convirtió las negociaciones en un tenebroso bazar.

ATENCION DE ALTO NIVEL Las autoridades de Eslovenia, por ejemplo, fueron animadas a "hacer más" a la hora de buscar posible acomodo para presos si querían "atraer atención de alto nivel de Washington". El mensaje caló y el primer ministro esloveno, según confirman los documentos, "vinculó la aceptación de detenidos a una reunión de 20 minutos" con el presidente Barack Obama (finalmente no se produjeron ni el encuentro ni la transferencia de presos).

Washington generó también una dinámica de regateo eco- nómico y en países como Maldivas las negociaciones sobre los presos incluyeron conversaciones sobre la posibilidad de que las islas recibieran ayuda del Fondo Monetario Internacional.

Esa dinámica llevó al Gobierno de George W. Bush a ofrecer a Kiribati, la isla-nación del Pacífico, un "paquete de incentivos" de 2,3 millones de euros para que aceptara a 17 presos uigures, chinos musulmanes que Estados Unidos no quería repatriar a China por miedo al trato que podrían recibir allí.

REGATEO CON PEKIN La cuestión de los presos uigures creó particulares tensiones con Pekín, que también jugó al regateo diciendo a Washington que actitudes "más prudentes" ayudarían a eliminar "algunos de los obstáculos" que China estaba poniendo a los planes estadounidenses de utilizar la nación asiática como parte del corredor para enviar abastecimientos a las tropas en Afganistán. Los documentos de Wikileaks también revelan que Pekín amenazó a países como Finlandia, que estudiaban acoger presos uigures, con el daño que harían a las relaciones bilaterales.

Yemen ha sido otro de los puntos de conflicto, según las revelaciones de Wikileaks. De allí proceden prácticamente la mitad de los presos que quedan en Guantánamo y el país llegó a preguntar a Washington: "¿Cuánto dinero traerá EEUU?".

"COMO A LOS HALCONES" Un tema peliagudo era lo que la Administración de Obama veía como incapacidad del Gobierno yemení para mantener a los presos traspasados en sus cárceles. Se pensó en aplicar un modelo de rehabilitación como el que ha usado Arabia Saudí, cuyo rey, Abdulá, puso sobre la mesa: que EEUU implantara chips en los detenidos para seguir sus movimientos, "como se hace a veces con halcones y caballos". La respuesta de John Brennan, asesor de Obama, para desterrar la idea fue: "Los caballos no tienen buenos abogados".

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