Para mayor gloria de los señores de la guerra, el Pentágono ha instalado ya en Irak un auténtico ejército privado de mercenarios, sólo superado en número por la propia U.S. Army, que Rumsfeld también pretende empezar a privatizar para que el gasto militar enriquezca aún más a compañías como la de los socios de Cheney.

Las modernas mesnadas de las fuerzas de ocupación nos recuerdan tanto a las de los señores feudales porque las pagan los mismos que querrían recuperar usos de la Edad Media.

*Periodista.