Rusia cortó ayer el suministro de gas a su vecina Ucrania tras el fracaso de las negociaciones que ambos países mantienen por una disputa sobre el impago de atrasos y un aumento en el precio del combustible. La noticia causó inquietud en la Unión Europea, ya que el 80% del gas que le suministra Gazprom es a través de los gasoductos ucranianos. En la UE temen que pueda repetirse una situación similar a la del invierno del 2006, cuando Moscú dejó de enviar gas a Ucrania y ocasionó una breve crisis de suministro en otros países.

La disputa que enfrenta a las autoridades de Rusia y Ucrania es, por un lado, el impago de una deuda de Kiev de 1.431 millones de euros y por otro la considerable subida del precio del gas que Moscú quiere imponer para el 2009. La compañía Gazprom, monopolio gasístico de Rusia, ha ofrecido a Ucrania el gas a 250 dólares los 1.000 metros cúbicos frente a los 179,50 que era el precio de mercado en Europa en el 2008. Kiev solo está dispuesta a pagar 201 dólares por los 1.000 metros cúbicos.

La recién estrenada presidencia checa de la Unión Europea apeló ayer a los dos países a cumplir sus compromisos para evitar una nueva crisis.