Las encuestas electorales portuguesas no tienen muy buena prensa, y menos tras el batacazo de las últimas europeas, en las que auguraron un cómodo triunfo socialista y ganaron los conservadores. Pero de creerlas, formar Gobierno en Portugal será un rompecabezas tras las legislativas del próximo domingo. El Partido Socialista del primer ministro José Sócrates enfila la recta final de esta tensa campaña con una ligera ventaja --de 2 a 6 puntos-- sobre los conservadores (PSD) de Manuela Ferreira Leite, pero revalidar la mayoría absoluta le queda muy lejos. Y ni la izquierda tradicional (CDU, coalición de comunistas y verdes), ni el Bloco d´Essquerda, ni la derecha están por la labor de pactar, lo que apunta a que Sócrates, si gana, gobernará en minoría.

Portugal tenía ya su propia crisis, pero los efectos del descalabro global han desdibujado el balance del Gobierno socialista. Mientras la izquierda le tacha de "neoliberal" y le reprocha que el país esté en el furgón de cola de la zona euro en salarios, la derecha carga contra la estrategia de inversiones públicas para incentivar la economía.