-La semana pasada ocupó esta tribuna el investigador cacereño Daniel Lozano, ahora destinado en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York, que le lanza la siguiente pregunta: ‘¿Verdaderamente podemos llegar a vislumbrar los misterios que se nos presentan?’

-Creo que sí. Y para eso hace falta que profesionales como él se impliquen en la búsqueda y en la investigación de esos misterios. La humanidad avanzó como especie porque precisamente se empezó a hacer preguntas y esa curiosidad nos llevó a investigar.

-¿Puede describir su infancia?

-Fue muy bonita. Pasé la mitad de ella en Extremadura y la otra en el Pirineo aragonés, en una zona mágica, donde había muchas leyendas relacionadas con el grial, con las hadas y las brujas; y todo ese remanente me influyó. Mis padres y mi hermano siempre han estado muy pendientes de mí y de mis inquietudes. Por lo tanto, la recuerdo como una parte muy bonita de mi vida que añoro mucho en ocasiones.

-¿Qué enigma, qué misterio recuerda de esa época?

-Los primeros enigmas fueron las conversaciones con mis primos mayores que me hablaban de leyendas urbanas que me impactaban, de asesinos que se habían escapado de un psiquiátrico, esas típicas historias de terror. También otras de carácter más histórico, como la leyenda de la Magdalena, en Pasarón de la Vera, una historia muy desconocida que nos habla del primer amor de don Juan de Austria, que terminó en tragedia y que todavía está asociada al palacio de los Manrique de Lara. Cada vez que pasaba por allí pensaba en si todavía esa chica paseaba entre los ventanales las noches de luna llena. Aquello me marcó y supe que cuando fuera mayor querría contar ese tipo de historias.

-¿Por qué se hizo periodista?

-Porque tenía claro que era mi vocación.

-Usted no es una periodista al uso. Está especializada en asuntos de misterio...

-Me acerco al misterio desde el punto de vista de mi vocación. Lo que hago es aplicar mi labor periodística, hacer entrevistas, reportajes, crónicas relacionadas con este tema. Y tengo que decir que desarrollo la misma seriedad y los mismos parámetros periodísticos tanto en este tipo de cuestiones como cuando he presentado informativos o he hecho prensa general, como es actualmente, que la próxima semana estrenamos el programa ‘168 horas’ en Canal Extremadura, que copresento junto a Ana Pecos y Diego González.

-¿Qué opina de ‘Cuarto milenio’?

-Es un programa muy necesario que está haciendo una gran labor, sobre todo desde el punto de vista del público general. Está consiguiendo que mucha gente que no tenía ningún interés por estas temáticas se haga preguntas. Creo que se trata de uno de los pocos espacios en los medios de comunicación donde existe libertad para hablar de cualquier tema y donde se plantean cuestiones no solo de misterio sino de otros ámbitos de nuestra sociedad como por ejemplo la desaparición de ‘Interviú’, que parece que ha pasado sin pena ni gloria en los medios de comunicación; pues el equipo hizo un especial en cuanto a los hitos de investigación de la revista.

-Hablando de televisión, acaba de arrasar con el programa ‘Escrito en el aire’ de Canal Extremadura...

-Una experiencia muy gratificante, hemos analizado los principales casos de crónica negra de Extremadura de la mano de profesionales de todos los ámbitos, desde la psquiatría hasta la medicina forense, y sobre todo la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Ha sido un programa necesario porque conocer el crimen ayuda a prevenirlo.

-¿Los muertos siempre hablan?

-Por supuesto. Y no solo que siempre hablan sino que siempre dicen la verdad. Los profesionales de la medicina forense siempre encuentran pistas no solo de cómo ha fallecido una persona sino también de cómo es el asesino.

-En ese programa se han abordado algunos de los sucesos más espeluznantes de Extremadura. ¿Cuál ha sido el que más le ha impactado?

-Me impactó mucho el del niño de Táliga, que fue asesinado por un hombre que, de repente, estando en un bar con el tío de este menor y el niño, cogió una navaja y amenazó con clavársela al muchacho si no se alejaban todas las personas de él. Cuando se quedó a solas con el chaval, porque no hubo forma de hacerle cambiar de opinión, acabó cortándole la cabeza arrojándola al fuego en una chimenea del bar y trató también de cortar algunas extremidades de la criatura. Me parece que es uno de los casos más desgarradores. Tuve la oportunidad de estar en el lugar que ocurrió, sentí la negatividad y el dolor que había quedado en ese espacio. Y sobre todo la impotencia de los vecinos que estaban fuera del bar, escuchando los gritos del niño sin poder hacer nada.

-Otro caso impactante es el del descuartizador de Badajoz...

-De los más truculentos que han ocurrido en la crónica negra extremeña. Una mujer embarazada a la que un hombre mucho mayor que ella violó y no solo extrajo el feto y sus entrañas sino que la descuartizó. Hubo una gran polémica a nivel nacional y aunque al autor lo condenaron, la gente no quería pena de muerte porque creía que era una cosa atrasada y se le conmutó la pena por cadena perpetua. La sociedad de principios del XX demostró, a pesar de todo lo ocurrido, ser muy civilizada.

-Otro, el crimen de Berzocana...

-Este suceso impactó muchísimo. Inspiró a muchos escritores extremeños para escribir sobre este crimen en el que murió una familia entera a hachazos por sus sirvientes con el fin de conseguir un dinero que no lograron porque apenas había capital en la casa. La figura del instigador, uno de los criados, fue vital porque convenció tanto a su hijo menor como a otros compañeros para que cometieran el crimen. Uno de los niños se despertó y al ver caras conocidas no pensó en el terrible desenlace y solo preguntó: «¿Ya es de día, ya hay que desayunar?», pero lo asesinaron a hachazos. Recuerdo que hubo una niña que sobrevivió porque estaba durmiendo con su hermana y no la encontraron entre las sábanas; imaginen a esa niña cuando descubrió aquella escena. Como curiosidad decir que los autores fueron condenados a garrote vil. Y es muy curioso porque el juez decidió que en vez de cometerse los ajusticiamientos en el pueblo cabeza de partido, que era Logrosán, fueran ajusticiados en Berzocana y lo más cerca posible de la casa de los crímenes, que los autores convirtieron en un hogar de los horrores.

-Hay dos sucesos relacionados con la mal llamada Extremadura negra: el crimen de Inés María en Don Benito y el de Puerto Hurraco...

-Efectivamente el de Inés María marcó una época porque no se trató como un intento de violación que derivó en un asesinato. En Don Benito la figura de Inés María es recordada con mucho cariño, sigue su tumba en el cementerio y hay mucha gente que todavía va a llevarle flores. Hay escritoras que se han inspirado en su historia, como Anabel Rodríguez, en ‘Azaría’. En Don Benito la gente estaba cansada de esa sociedad caciquil, de que el cacique siempre tuviera poder y cometiera este tipo de actos con total impunidad, y aunque se trató de proteger al asesino, a Carlos García de Paredes, que tenía muchas influencias y familia muy importante, la presión social y la heroicidad del pueblo consiguieron que el crimen fuese juzgado. Puerto Hurraco, sin embargo, todavía está muy reciente. Catalogarlo como la Extremadura negra fue muy duro porque en todas las comunidades autónomas de España han ocurrido este tipo de sucesos. No hay que juzgar a una sociedad o a un pueblo por un crimen concreto. Lo mismo sucedió a finales del XIX, principios del XX, con los sacamantecas, famosos personajes que extraían órganos de niños en la creencia de que así podrían aliviar enfermedades como la tisis; y siempre se recuerda, a propósito de esto, el crimen de La Corderina en Las Hurdes, cuando uno de iguales características también tuvo lugar en Gador (Almería).

-Hablemos del suceso de Villar del Rey, donde la medicina forense dio con la causa real del crimen...

-Así es. Recuerdo que hablé con la madre y me dio muchísima pena. Su hijo tenía 32 años y lo mataron dándole un golpe en la parte posterior del cráneo y después lo tiraron a un pozo. La versión que defendió el acusado en el juicio fue que el joven estaba todavía vivo y se arrastró solo hasta el pozo, pero el forense demostró que el golpe en la cabeza lo imposibilitaba para hacer cualquier tipo de movimiento. De modo que cuando cayó al pozo estaba vivo y murió allí dentro.

-¿Y confía que en el caso de Diana Quer, que también arrojaron a un pozo, los forenses podrán finalmente determinar si ‘El Chicle’ la violó?

-Tenemos que esperar. Ojalá los datos definitivos de la autopsia puedan desvelar cómo murió Diana.

-Es importante además la labor policial. Por ejemplo, en el crimen de La Madrila en Cáceres fue vital...

-Fue un Día Reyes y toda la policía cacereña se centró en resolver el crimen de un chico que murió una noche de fiesta, en la que estaba con sus amigos, por defender a una mujer que estaba siendo agredida por su pareja en la calle. Además, el padre del joven falleció de un infarto esa misma mañana al conocer la muerte de su hijo. Gracias a la celeridad de la policía se consiguió dar con el asesino, que incluso había tratado de cambiar su aspecto físico para eludir la justicia.

-Vayamos ahora a las leyendas y a esas últimas cartas de los templarios, sin duda fascinantes...

-Los templarios son uno de los mitos que más les gusta recordar a la gente. En Extremadura tenemos la suerte de que hay muchas leyendas porque estuvieron mucho tiempo aquí, leyendas desde que fueron ellos los que trajeron a nuestra tierra el sagrado mantel de la última cena hasta de cómo influyeron en la construcción de muchas ermitas de Cáceres. He tenido incluso la oportunidad de investigar esa torre sangrienta de Jerez de los Caballeros donde se cuenta que les cortaron la cabeza a los últimos templarios que vivieron en Extremadura.

-También ha indagado en el milagro del arroz de Olivenza...

-El 23 de enero se cumplieron 69 años de ese milagro, que es uno de los pocos aprobados por la Iglesia relacionado con la multiplicación de los panes y los peces que recoge la Biblia. Aunque a muchos santos se les otorga este don de multiplicar alimentos, lo cierto es que el único que ha sido investigado es el que tuvo lugar en la posguerra española. He podido hablar con testigos y podría resumirse así: Cada domingo, desde la parroquia preparaban comida para llevar a todos los necesitados de Olivenza. Aquel domingo, el grupo de mujeres pudientes que tenía que entregar comida para los pobres se olvidó de su cometido. La cocinera de la casa parroquial estaba muy angustiada y se acordó del beato Juan Macías, un santo que marchó a América, donde realizó muchos milagros y que era del mismo pueblo que esta cocinera, de Ribera del Fresno. Ella dijo en alto: ‘Ay, beato, hoy tus pobres sin comida’. Cuentan que tenía solo tres tacitas de arroz en un puchero, se marchó a hacer unos recados y cuando volvió el puchero estaba a punto de rebosar de arroz. Ella no daba crédito a lo que estaba pasando, llamó a don Luis, el sacerdote, y empezó ese goteo de personas que desde la una hasta las cinco de la tarde vieron cómo de ese pequeño puchero no dejaba de salir arroz. De modo que gracias a este milagro, Juan Macías se convirtió en santo.

-¿Existen los ovnis?

-Por supuesto, el fenómeno ovni es real y quien lo niega es por total desconocimiento. Cuando te introduces en esta temática, investigas y te informas de todos los casos que ha habido, te das cuenta de que algo pasa en nuestros cielos, algo que desafía a nuestra ciencia y a nuestra lógica, que entronca con la mente del testigo, que a veces se convierte incluso en contactado o desarrolla clarividencias. No sabemos si están tripulados, si son de carácter físico o si se trata de una proyección o un holograma, por lo tanto es arriesgado decir que son extraterrestres, simplemente son luces que están ahí.

-¿Qué pasa con las almas?

-Creo que el alma no muere, creo que somos energía, y esto es una opinión muy personal. Cuando morimos lo que se queda aquí es nuestra carcasa. Lo que he investigado me dice que no todo termina aquí, hay algo más. Pienso que el alma sigue un viaje, no sé hacia dónde, cuando nos vamos de aquí.

-¿Los muertos vuelven?

-No he tenido experiencias de tipo fantasmas o espectros. He tenido sueños con familiares míos que han fallecido que para mí son una prueba de que, a lo mejor, están en otro sitio y de que se comunican a través de este medio.

-¿Y el suicidio?

-Es un tema complicado. Los mediums más reconocidos aseguran, siempre desde su perspectiva, que cuando ven a personas que se han suicidado se dan cuenta de que tienen al otro lado los mismos problemas y los mismos traumas que tenían antes, que nada cambia.

-¿Para terminar esta entrevista, puede explicar qué le sugieren los cementerios?

-Son lugares muy tranquilos porque normalmente la energía negativa se capta en el lugar donde se ha producido la tragedia, no donde están enterradas las personas. La muerte es una realidad que nos gusta ignorar porque es un tema tabú. Cuando hablamos de estos temas te das cuenta de que el último Iphone o el coche más moderno con el que sueñas no tienen ningún sentido porque hay cosas más trascendentes. Y eso, en esta sociedad tan materialista, no interesa.