Con el nombre Campamento Dignidad , la Plataforma por la Renta Básica ha instalado una acampada frente a la oficina del Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe), en el barrio de Nueva Ciudad de Mérida, para exigir esta medida. "Extremadura ya no aguanta más", arranca su comunicado, y este grupo, que lleva meses reivindicando una ley que garantice unos ingresos mínimos como derecho, saca ahora a la calle su movilización de forma indefinida. "Vamos a aguantar lo que haga falta", proclama María Luisa Prudencio, una de las participantes.

La iniciativa arrancó el miércoles, después de una asamblea de la plataforma. La primera noche, según los participantes, pernoctaron unas 25 personas después de que la Policía Local y miembros del gobierno municipal intentaran que se marcharan. "Les dijimos que tendrían que llevarnos detenidos, porque podemos estar aquí", asegura Prudencio. Los acampados señalan que varias sentencias han reconocido la legitimidad de las acampadas como forma de protesta y recuerdan que la Policía Local protagonizó una en el 2006. No les preocupa el mal tiempo del arranque: "Peor es el temporal que está soportando la gente", opina Prudencio.

Ahora, los integrantes del Campamento Dignidad buscan el respaldo ciudadano para sus reivindicaciones. "Tenemos dos fundamentales: una verdadera renta básica --no el camelo de la Junta-- para los 70.000 parados de la región sin prestaciones y la creación de 25.000 empleos públicos", asegura Manuel Cañada, exdirigente de IU --formación que ha mostrado su apoyo la iniciativa a nivel local-- que ahora se define como "activista social".

Por ahora aseguran que han recibido el apoyo de mucha gente a del barrio y, especialmente, de quienes acuden a la oficina del Sexpe. Algunos vecinos, dicen, les han ofrecido sus baños y una frutería, por ejemplo, pretende abastecerles con sus productos. También reciben aliento por las redes sociales, "incluso desde Nueva York y Bruselas". Celebran asambleas por la mañana y por la tarde, abiertas a todo el mundo.

"Nos vale cualquiera, vamos, no solo nos vale, sino que los necesitamos", comenta, sonriente Ramón Carbonell, un parado de 44 años que participa en la acampada durante el día. También está implicado en otros movimientos, como el Frente Cívico de Mérida, que se presentó ayer, o la nueva Plataforma de Afectados por la Hipoteca en la ciudad, que arrancará próximamente. Motivos para movilizarse no faltan, según resalta Abel Santolino, otro acampado: "Esto es un pozo sin fondo. Hay que estar aquí hasta que salgamos de este pozo, pero todos".