Mérida tiene un futuro que nos lleva a añorar tiempos mejores. Hay un sector que no sabe que ocurre ni porqué de su paralización: los constructores.

Reuniones. Proyectos paralizados. Terrenos que se ofrecen entre ellos para poder obtener garantías en otros lugares y marcharse fuera. Hay empresarios emeritenses que están construyendo en Isla Cristina, El Portil, Isla Canela, en Huelva; Sotogrande, en Cádiz; en Benalmádena, Fuengirola y Marbella, en Málaga. Compran terrenos en Badajoz y Cáceres al comprobar la paralización en la Gerencia de Urbanismo de los proyectos que han presentado para Mérida.

Si en una ciudad se paraliza el urbanismo todos los sectores, como fontaneros, electricista, carpinteros, pintores, yesistas, cristaleros, saneamientos y los empresarios del comercio que de una u otra manera se ven implicados, están afectados. Las empresas dedicadas a la venta de muebles de todo tipo, tejidos o materiales de la construcción no saben qué hacer.

Y sigue sin explicarse nadie este parón en Mérida. Las obras en esta ciudad son famosas. Obras que realiza el ayuntamiento. ¿Cuál es la causa de que los empresarios de la construcción se vean impotentes ante tanta espera?. No es un sólo caso. Hemos leído hasta páginas de publicidad quejándose amargamente de esta situación. ¿Todos van a tener los proyectos mal hechos?. Aún así se deberían estudiar posibilidades y agilizar este sector que da de comer a miles de obreros.

El alcalde Pedro Acedo sabe mejor que nadie de estas reuniones, de como los constructores se ven en penosas situaciones y es posible que de una vez por todas las reuniones que se producen den el fruto apetecido y con los reparos que pueda poner la Gerencia de Urbanismo y se comiencen a ver grúas y obreros levantando pisos y ofreciéndole a la ciudad lo que ofrecen en otras: trabajo.