Desde que en el año 1910 comenzaran las excavaciones del Teatro Romano de Mérida bajo la dirección de José Ramón Mélida, hasta el día hoy, el bimilenario monumento emeritense ha sido objeto de numerosas intervenciones para perpetuar su buen estado de conservación. La parte del frente escénico, debido a su vistosidad y complejidad, ha requerido de unas intervenciones en materia de conservación y restauración con una mayor base científica. Por ello, el monumento se presenta en la actualidad con una arquitectura recuperada y definida, donde se muestran además los elementos originales y constitutivos de la arquitectura. El Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, organismo encargado de salvaguardar el patrimonio emeritense, inició en marzo de 2015 unos trabajos encaminados a garantizar la conservación del monumento que no eximen al público de su uso y disfrute.

El proyecto está contemplado en tres anualidades (2015, 2016 y 2017) y recientemente acaba de salir a licitación la convocatoria, por procedimiento abierto, para la contratación de las obras contempladas en la tercera fase. El presupuesto de licitación total (IVA incluido) asciende a 128.885 euros financiados por el consorcio, de los que 25.000 euros aporta el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, y otra cuantía similar la financia el festival internacional de teatro clásico.

Debido a la extensión del monumento, la intervención realizada durante las dos anualidades anteriores, que conllevó un presupuesto de 75.000 euros en total, se limitó a un tramo en particular de la zona este del frente escénico. Según explica el organismo monumental, durante estos dos años se le dio preferencia a los trabajos de documentación, limpieza, sellado de grietas y saneado de las cubiertas. Los trabajos in situ están condicionados por el calendario de usos de este monumento, ya que durante los meses de verano esta zona se utilizar para el festival de teatro clásico y otros eventos culturales.

«La ejecución de este proyecto es una intervención de carácter preventivo, lo que implica trabajos de documentación, análisis, mantenimiento y conservación-curativa», explica el consorcio.De esta forma, y siguiendo con la dinámica de trabajo establecido para completar las zonas del frente escénico en las que todavía no se ha intervenido directamente, se continuará con las siguientes actuaciones: limpieza, reparación del sistema de evacuación de aguas, saneado de suelos y cubiertas, protección de cornisas, tratamientos específicos de mármoles y anclajes metálicos de sujeción, así como la reposición de los sistemas ‘antipalomas’.

En esta línea, también se prolongarán de forma global a todo el frente escénico los procesos comenzados de documentación fotogramétrica, la analítica de mármoles y morteros, la elaboración del plan de conservación preventiva, así como la instalación de medios auxiliares para facilitar el acceso al monumento y permitir así un mantenimiento continuo y cada vez menos invasivo.

Cabe recordar que un equipo de investigadores y alumnos del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Extremadura dirigido por el Profesor Antonio Jiménez Barco estuvo realizando en noviembre del pasado año un análisis de los mármoles del frente escénico mediante la técnica de los ultrasonidos. Según manifestó el organismo monumental, con esta técnica se pueden detectar fisuras internas y otros elementos presentes en la piedra, como grapas metálicas o mortajas que no son apreciables a simple vista. Asimismo, estos resultados permiten programar las actuaciones preventivas en el caso de que se detecten deficiencias en algunos de los bloques, molduras, placas o cornisas.