Una llamada telefónica al 112 de una vecina por olor a gas en un bloque de viviendas, situado en el número 23 de la Rambla Santa Eulalia, provoco el desalojo de todos los pisos. Cuando los bomberos llegaron comprobaron que se trataba de una falsa alarma.

Los hechos sucedieron sobre las 13.30. Una vecina llamó al 112 alertando de un fuerte olor a gas. La voz de alarma corrió entre los inquilinos de los demás pisos, que desalojaron el bloque por iniciativa propia.

Varias patrullas de la policía local y un camión de bomberos llegaron en unos instantes.

Tras subir al piso, comprobaron que no olía a gas y que ni siquiera había una instalación de gas natural. También revisaron las bombonas de butano de la cocina, y estaban en perfecto estado.