Por tercer fin de semana consecutivo, los vándalos han hecho de las suyas. Tras la desaparición de la estatua dedicada a los ancianos, en la glorieta de la avenida Lusitania, y la pintada de la figura que preside la puerta de la Villa, esta vez el turno le ha tocado a la estatua de la Morita, que apareció el viernes echa añicos, en la fuente del parque de Turismo. Operarios municipales retiraron ayer lo que quedaba de esta emblemática figura y que ha sufrido como ninguna otra los desmanes de los gamberros.

Tras estar varios años en el depósito municipal, la Morita volvió a instalarse en septiembre pasado, después de pasar por un taller, donde fue reparada de las agresiones que sufrido a lo largo del tiempo.

El alcalde Pedro Acedo, anunció ayer que ante estos actos se tomarán medidas para reforzar los lugares donde más posibilidades hay de que se cometan, sobre todo los fines de semanas.

Por otro lado, adelantó que tiene previsto hablar durante esta semana con la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, para solicitarle la convocatoria de una Junta de Seguridad Local.

Finalmente, informar de que el reseñado no fue el único acto vandálico cometido en Mérida durante este fin de semana, ya que el pasado domingo agentes de la policía local sorprendieron a un menor cuando estaba rompiendo una farola en el parque del río Guadiana, junto a la desembocadura con el río Albarregas. Cuando lo detuvieron, ya había roto cuatro.