El hombre que murió ahogado el pasado sábado por la tarde en el lago de Proserpina pudo haber sufrido un ataque de epilepsia o de asma, según fuentes cercanas a al investigación, que también barajan la posibilidad de que incluso falleciera antes de desaparecer bajo el agua.

Por otro lado, la Policía Nacional considera el fallecimiento como un accidente y no ha abierto ninguna investigación. No obstante, el informe de la autopsia realizado por el forense será puesto a disposición judicial.

En cuanto a la víctima, se trata de J.J.P.M., de 48 años, natural de Montevideo (Uruguay), aunque residía en Bobio (A Coruña), a donde fue trasladado el domingo. Se encontraba en Mérida pasando unos días de vacaciones en casa de unos familiares.

Según datos de la investigación, J.J.P.M., estaba en Proserpina pasando el día. Por la tarde se dio un baño, pero al cabo de unos 20 minutos los familiares le echaron de menos y lo buscaron por los alrededores. Sin embargo, fue un joven quien alertó que había un cuerpo flotando.

Una vez fuera del agua lo intentaron reanimar y llamaron al 112. Eran las nueve de la noche. A pesar de que llegaron rápidamente no pudieron hacer nada.

POLEMICA La muerte de esta persona ha reavivado una polémica que se inició antes del verano, cuando la federación de asociaciones de vecinos solicitó al ayuntamiento que abriera el puesto que la Cruz Roja tiene en el lago y que está cerrado hace 15 años.

En relación a esta muerte, el director provincial de Cruz Roja, Jesús López Santana, tras lamentar "profundamente" este fallecimiento, se remitió a lo dicho antes del verano, "cuando pedimos que nadie se bañara en Proserpina, ya que es una zona que no está habilitada para el baño y carece de una vigilancia que pudiera haber evitado estos hechos".

Por su parte, desde el grupo socialista, afirman que "es impensable que el ayuntamiento no garantice la seguridad de las personas que se bañan en Proserpina", según la concejala Estrella Gordillo, quien criticó que el equipo de gobierno decida acometer en solitario el arreglo del cine María Luisa, "y no asuma el proyecto de vigilancia sanitaria presentada por Cruz Roja por 15.000 euros".

Sin embargo, para el equipo de gobierno, "la responsabilidad en el agua y la zona de baños es de la Junta de Extremadura, la de las orillas es de la confederación del Guadiana y las de las urbanizaciones, sus infraestructuras, alumbrado y servicio de limpieza es del ayuntamiento".

Además, recuerdan que Cruz Roja "ya había abandonado el puesto de socorro mucho antes de que llegase este equipo de gobierno. Entonces el PSOE no hizo nada por evitar su marcha", aseguran.

La Junta ha respondido que la ley de Bases de Régimen Local atribuye a los ayuntamientos la competencia de seguridad en los lugares públicos, y reprocha al consistorio que "a sabiendas de la afluencia de gente al pantano, ha debido adoptar las medidas oportunas para su seguridad, aportando recursos, del mismo modo que ha puesto un servicio de autobús hasta el lago".