El juicio por el tiroteo mortal que acabó con dos fallecidos en la barriada de San Lázaro se suspende definitivamente hasta el próximo 8 de mayo, fecha fijada para la celebración de un nuevo juicio. Uno de los 12 procesados, M.V.V., alegó de nuevo problemas de salud y ayer no se personó en el Palacio de Justicia de Mérida, tal y como ocurriera el lunes cuando debería de haberse celebrado la primera sesión del juicio.

El abogado José Duarte, que ejerce la defensa de la familia V. y del acusado M.V.V., aseguró ayer que el procesado «ha justificado documentalmente vía fax su comparecencia ante un hospital oficial de Barcelona». Asimismo, destacó que la Fiscalía había pedido la «medida cautelarísima de su detención e ingreso en prisión», algo a lo que se han opuesto y de ahí que el Tribunal haya acordado un nuevo señalamiento. Por su parte, la defensa de la familia a la que se le atribuyen los disparos mortales ha pedido «un reconocimiento del médico forense» y que en caso de que no se vea justificada su inasistencia, que «se decrete la medida cautelar de ingreso en prisión hasta la celebración del nuevo juicio».

Los hechos, que enfrentaron a dos familias distintas, ocurrieron el 3 de agosto del 2011 y tuvieron su origen en la separación de un matrimonio. Como consecuencia fallecieron dos miembros de la familia V. y resultó herido M. V. V. que a su vez causó daños a un vecino ajeno a la disputa.