Los casi 110 años de historia del Liceo de Mérida podrían haberse truncado definitivamente si sus socios no hubieran tomado la decisión de acogerse a la ley concursal. El Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Badajoz ha admitido una propuesta de la entidad por la que se le otorga una prórroga de un año para subsanar sus deudas antes de ejecutarse un concurso de acreedores.

Esta prórroga supone la paralización provisional de las obligaciones de pago asumidas por la sociedad, lo que evita la ejecución de las diferentes órdenes de embargo que pesan sobre sus bienes. El pasivo del Liceo de Mérida asciende a 732.847 euros y según indican miembros de la junta directiva ya se había iniciado el proceso para la subasta pública de sus bienes.

Una vez ganado este tiempo, el objetivo es buscar los fondos necesarios para saldar cuentas con sus deudores y evitar un embargo que acabaría con la sociedad, que actualmente cuenta con 250 socios. Sobre la situación financiera del Liceo y sobre las alternativas que se plantean para garantizar su continuidad se habló el pasado viernes en una Asamblea General Extraordinaria. La principal opción pasa por desprenderse de todo o parte de su principal activo: la sede, un edificio de 2.500 metros cuadrados en plena calle Santa Eulalia. En la asamblea se autorizó el inicio de las negociaciones para vender o alquilar las instalaciones. De momento ya se ha alquilado La Bodeguilla para abrir un nuevo negocio de la hostelería, y se mantienen conversaciones para arrendar las oficinas superiores, antes ocupadas por Tragsa.

VENTA O ALQUILER Los socios asumen que la realidad de la sociedad impide el mantenimiento de una sede como la actual. "Con una décima parte podríamos continuar con nuestra actividad", señalan. Por este motivo la opción de venta del local se plantea como la mejor alternativa. En caso de que fructifiquen las negociaciones la directiva ya tiene localizado un nuevo espacio para trasladarse. De momento no se ha avanzado su localización exacta, pero se mantendría en el centro de la ciudad.

El Liceo ve así una ventana abierta a su continuidad. Su situación ha cambiado mucho en el último año, cuando el impago de las facturas provocó el corte de agua y del suministro eléctrico. La entrada el pasado mes de septiembre de la nueva directiva supuso un giro en el devenir de la sociedad. Sus miembros culpan de su situación a sus predecesores, y no descartan incluso emprender acciones legales para determinar si hubo mala fe en su gestión.

A día de hoy el presupuesto del Liceo está "equilibrado" tras reducir a la mitad los gastos fijos de su funcionamiento. Para ello se ha minimizado el término fijo del contrato del suministro eléctrico, se han subsanado fugas de agua, se ha renegociado el coste del mantenimiento del ascensor y se ha rebajado el gasto en personal (el horario se ha reducido). Incluso han descubierto que estaban pagando la tasa de basuras a los negocios que ocupan los locales del edificio y que ya no son de su propiedad.