Porque la vida no va de cromosomas . Bajo este lema la asociación Síndrome de Down emeritense ha organizado la primera marcha monumental solidaria 21-M, que tuvo lugar ayer con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down y contó con la participación de más de 200 personas. El objetivo es que se oigan las reivindicaciones de igualdad de las personas con Síndrome de Down y contribuir también a su "plena inclusión" en la sociedad.

En torno a las diez y cuarto de la mañana se produjo el pistoletazo de salida de la ruta desde la rotonda de la Loba Capitolina, en cuyo recorrido los jóvenes participantes portaron el manifiesto Down España y se lo fueron intercambiando entre unos y otros. Durante los 5,4 kilómetros del circuito urbano, los asistentes fueron pasando por los principales monumentos de la ciudad, como el teatro romano, el foro o el templo de Diana, y disfrutaron del entorno de los ríos Guadiana y Albarregas en una jornada que salió bastante soleada.

La llegada a la plaza de España se produjo sobre las 12.30 horas con un gran ambiente festivo amenizado por la música, y en donde se llevó a cabo la lectura del manifiesto sobre los derechos y deberes de las personas con Síndrome de Down. A continuación se procedió a una suelta de globos de colores y posteriormente los chicos pudieron divertirse con las actividades lúdicas, así como con la presencia de Linx, la nueva mascota de la Fundación Jóvenes y Deportes, uno de los colaboradores junto con la agrupación emeritense de montañismo, la de senderismo Emérita Augusta y el ayuntamiento. También hubo actividades para los adultos, con una singular master class de Kizomba a cargo de Noemí y Joelson.

La directora de la Asociación Síndrome de Down Mérida, María Morales, destacó que esta iniciativa busca la sensibilización y la capacidad de ofrecer una plataforma a las familias y usuarios para defender sus derechos y deberes. "Se trata de decir que ellos pueden llevar a cabo una vida como cualquier otra persona, que con los recursos y apoyos necesarios tengan una escolarización, vida autónoma e integración laboral normalizada", afirmó. En este sentido, Morales reconoció que con los años se han producido avances médicos, sociales y educativos, porque "gracias a ellos las personas con Síndrome de Down hoy en día tienen la calidad de vida que tienen, con unos derechos bastante consolidados". Sin embargo, la directora matizó que a nivel político falta mayor implicación de las instituciones, porque "hay que llevar la teoría a la práctica".

Sobre este asunto, Morales puso el acento en la inclusión educativa, ya que "la red de recursos que necesitan los chavales está en el papel, pero falta formación del profesorado y existe saturación de los profesores, porque no es lo mismo atender a 15 que 28, además también habría que priorizar los contenidos". En materia laboral, para Morales se parte de la base de que "los chicos son totalmente capaces de desarrollar una habilidad laboral, pero hace falta que nos den los instrumentos necesarios".