Fundador de la Asociación Folclórica de Nuestra Señora de La Antigua, emeritense de adopción y persona elegida para inaugurar el encendido de la feria de septiembre este año. Así es Manuel Jaramillo, una persona que llegó a Mérida con 12 años y que ha visto cómo la ciudad pasaba de ser industrial a ser turística.

-¿Cómo se enteró de que iba a inaugurar el alumbrado de la feria?

-Por la prensa y porque me lo pusieron en el grupo de Whatsapp de la Asociación de Vecinos de La Antigua. Además, poco después me llamó Luis Valiente, presidente de la asociación, y me lo comunicó.

-¿Qué supone esto para usted?

-Me hace mucha ilusión que se reconozca en mí esta labor porque al fin y al cabo yo soy un miembro más de la asociación de vecinos y de la asociación folklórica y después de 37 años seguimos llevando a cabo. Me ha emocionado mucho también por la cantidad de gente que me ha felicitad. Está siendo, hasta el momento, muy bonito para mí.

-En 2008 fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad. ¿Qué sintió?

-Fue tremendo y muy emotivo. Aquel año hacía poco tiempo que mi madre había muerto y las emociones estaban un poco a flor de piel. Fue un momento importantísimo en mi vida. Siempre digo que a mí se me está reconociendo por todo el colectivo que hay detrás de mí y lo que me parece importante es que se reconozca la labor de un colectivo que lleva tanto tiempo funcionando y luchando por una causa muy concreta como es el folclore y nuestras costumbres populares. Es emocionante y reconfortante que tras todos estos años alguien se acuerde de ti.

-¿Con qué edad llegó a Mérida?

-Yo soy natural de Oliva de la Frontera, nací en el año 1952, pero llegué a Mérida a los 12 años, con dos de mis hermanas. Empecé a estudiar en la escuela de maestría industrial y desde entonces estoy viviendo en Mérida, salvo otros tres años que me fui a Sevilla a hacer maestría y primero de ingeniería técnica. Luego murió mi padre y me tuve que poner a trabajar.

-¿Cómo era la ciudad en aquellos años?

-En esos años había mucho trabajo. Estando en Sevilla me vine un miércoles y un viernes tenía el último examen, encontré trabajo en la ciudad, volví a Sevilla a hacer el examen y el lunes ya estaba trabajando. Tenía poca experiencia pero empecé a trabajar en Abengoa.

-En el año 1980, ¿cómo creó la Asociación Folclórica de Nuestra Señora de La Antigua?

-Fue una cosa muy curiosa. Vino a verme el farmacéutico del barrio, don Fernando Hernández, y me propuso entrar en la asociación de vecinos porque había gente que querían hacer algo. Tuvimos la idea de hacer un grupo de coros y danzas. En aquellos momentos el auge regional estaba efervesciendo mucho y era un buen momento para hacerlo. Salió adelante este proyecto y además nos unimos con un grupo que ya existía en la barriada de La Paz, que se llamaba Amistad. Ahora mismo estamos alrededor de 60 personas. Los más pequeños tienen unos cinco años y los más mayores llegan hasta los 85 años.

<b>-¿Cómo ve la ciudad ahora?</b>

-Mérida desgraciadamente ha perdido toda la industria que tenía pero el otro día me puse muy contento cuando escuché que una industria azucarera quería implantarse en la ciudad. Cuando yo trabajaba en Abengoa, había muchas empresas en la ciudad. Ya las hemos perdido casi todas y nos hemos convertido en una ciudad de servicios. Pero por lo general veo bastante bien a la ciudad, hay cosas a las que les están dando mucha importancia como el Festival de Teatro Clásico. Pero lo que sí critico es que no se haya abierto más la ciudad a la hora de construir y se haya dejado el centro como más visitable, pero todo el mundo quiere vivir en el centro.