El pasado domingo, muy temprano, con bastón y mi perro Pecholata, se llama como esta columna, dimos la vuelta completa al paseo perimetral del lago de Proserpina. Merece la pena. Una desidia en determinados tramos.

El paseo es una preciosidad. Confederación Hidrográfica del Guadiana se ha volcado. ha tardado pero ha conseguido lo impensable hace años. Seis kilómetros.

Caminas por el entorno de la Sociedad del Tiro de Pichón y Deportes Proserpina y encuentras el puente con parte del pretil roto, un peligro para pequeños y mayores porque es por el lado donde el agua está más profunda. CHG dice que ellos no lo han roto y, como la iluminación, se le ha entregado al ayuntamiento y el mantenimiento le corresponde al consistorio emeritense.

Unos metros más adelante comprobamos que quedan días para la terminación del último puente de este paseo y que completa el perímetro, faltan los últimos detalles. Después, el paseo termina y hay que tomar la carretera por la zona de la presa hasta que vuelves al paseo. Unos metros que al ser la carretera estrecha es un peligro ¿forma de evitarlo?. Parece que quieren hacer peatonal este tramo, pero... ¿Por dónde se llega a los chiringuitos?. Y, aquí vienen los lamentos, la desidia, el desinterés de varios organismos: Cruz Roja, Junta de Extremadura, Ayuntamiento de Mérida, Confederación Hidrográfica del Guadiana, Hermandad de Labradores y Ganaderos de esta ciudad... Cada uno tiene su parcela de culpa de ciertas deficiencias que en días sucesivos iremos contando.