El Servicio Extremeño de Salud (SES) está diseñando la puesta en marcha de una unidad de gestión clínica en el servicio de Cardiología y Hemodinámica del Hospital de Mérida. Esta iniciativa, que ya ha sido rechazada por sindicatos y asociaciones sectoriales, se traduce en un cambio en la dinámica de trabajo de los profesionales sanitarios ya que los médicos, enfermeros o auxiliares pasarían a ser corresponsables del cumplimiento de los objetivos y resultados obtenidos en la gestión del servicio. La Consejería de Salud y Política Social explica que se trata de un proyecto piloto aún en fase de estudio y ante las críticas recibidas, aclara que este nuevo modelo "no implica en ningún caso tal cosa como la privatización de servicios".

De momento se está diseñando su puesta en marcha con los jefes del Servicio de Cardiología del Hospital de Mérida, de quienes ha partido la iniciativa, pero el SES no descarta que las unidades de gestión clínica puedan extenderse después a otras áreas del hospital e incluso al resto de centros de la región. No obstante, indica que "cualquier medida sustancial" se trataría antes de aplicarse en la Mesa Sectorial de Sanidad. La implantación de este modelo se recoge en el Pacto por la Sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud firmado en agosto de 2013 en La Moncloa y ya está plenamente asentado en otras comunidades como Andalucía, Asturias y Cataluña. También funciona en países como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Suecia o Japón. Además de fomentar la implicación de los profesionales sanitarios, la unidad de gestión clínica también permitirá, según el SES, reforzar la continuidad asistencial, mejorar la organización del trabajo y elevar la satisfacción de los pacientes.

PREPARACION "El SES cree en la preparación de sus profesionales y en la necesidad de hacerles partícipes de la gestión de su trabajo de una forma mucho más directa de la que los sistemas tradicionales ofrecen", explica la Junta, que reitera que el nuevo modelo permitirá mejorar la eficiencia y la calidad de la sanidad gracias a la "repercusión positiva" que las unidades de gestión tendrán sobre la atención a los pacientes y el "importante aumento de la implicación y la satisfacción de los profesionales sanitarios". Aunque se trata de un proyecto piloto, la medida ya ha sido rechazada por sindicatos y asociaciones de profesionales, que ven en las unidades de gestión clínica la antesala de una privatización.

Uno de los primeros colectivos en criticar la medida ha sido la Asociación Extremeña de Enfermería Independiente (Aexe). "Es el comienzo de una privatización, porque se lleva los profesionales a cumplir unos objetivos en base a un presupuesto", explicó ayer en rueda de prensa la portavoz, María Reyes Alcántara. Aexe acusa a la Consejería de negociar a espaldas de los trabajadores y asegura que se ha escogido el Servicio de Cardiología de Mérida porque la mayoría de los trabajadores son interinos. "La unidad de gestión clínica supondrá una pérdida de derechos y calidad asistencial, además de un aumento de la carga de trabajo", denunció.

En la misma línea se ha expresado el sindicato CSIF, que aunque se muestra abierto al diálogo, recomienda a los trabajadores "que no firmen ningún documento porque el experimento de la unidad clínica de gestión puede comprometer seriamente sus derechos y condiciones laborales". Por su parte, UGT indica que "las unidades de gestión clínica se construyen para desmantelar y privatizar el sistema sanitario público", ya que con ellas "se permite operar en los centros públicos a capital y proveedores privados, laboratorios farmacéuticos y la industria tecnológica sanitaria" y avisa que iniciará una campaña de protesta y recurrirá judicialmente.