POR CARMEN HIDALGO

En pleno mes de agosto, y con el calor apretando, es tiempo para ir a las piscinas a disfrutar de un baño fresquito, de una partida de cartas en una sombra o simplemente pasar un buen rato con la familia y los amigos. Y eso mismo tuvo que pensar César el pasado viernes, día festivo, cuando acudió a la piscina municipal de Diocles con sus hijos Pilar y Julio.

Sentados en el césped del recinto, a punto de empezar con las cartas, estaban Yaiza Sánchez y Alberto Cabezas, de 14 y 16 años, respectivamente. Ambos se consideran unos usuarios habituales, ya que aseguran que suelen ir con sus amigos, y normalmente se llevan preparados de casa unos bocadillos y refrescos para aprovechar y pasar el día entero. Con la misma intención acudieron la emeritense Marta Romero y el italiano Michele Izzo, quienes llegaron al mediodía para comer y echar la tarde.

En el vaso disponible para los más jóvenes disfrutaba Paula, de tres años, junto a su madre Ana Belén González, quien señaló que era la primera vez que iban a este complejo, porque aunque son de la ciudad, viven en Córdoba. Ana Belén reconoce que lo mejor de este espacio es que "se está bastante bien y todo muy tranquilo". Mucho sabe de esto Marta, la socorrista encargada de que no haya percances en la piscina, y que destaca por encima de todo el ambiente, al que califica como "muy bueno", ya que no suele haber aglomeraciones de gente y muchos menos ahora que ha pasado el mes de julio, en el que ha habido mayor afluencia de público. Junto a ella, y como incondicionales, están su prima Marina y su amigo Fran, que se considera un asiduo, porque al vivir muy cerca va "sin falta" todos los días de la semana.

Por su parte, Francisco Javier y Fátima también suelen acudir a esta piscina, ya que afirman que "se está muy bien", y van a esta instalación para disfrutar del sol, porque aunque el Lorenzo aprieta, con el agua cerca siempre se lleva mejor.