Escritora

Los abuelos de niños con padres divorciados tendrán derecho a visitarlos. Acaban de aprobarlo por ley. Es justo y necesario. En un país con pocas guarderías y mala asistencia social, los abuelos juegan un papel a veces insustituible como canguros. Y ya se sabe que el Estado tiene sensibilidad con quien asume el cuidado de menores, mayores o enfermos. Le conviene.

Otra cosa será el lío que puede organizarse entre excónyuges. Si ya suelen formarse sustanciosos pollos para concertarse dos, no les digo nada si el número aumenta. Me lo imagino: "¿Cómo? ¿Que a tu madre no le viene bien este sábado? ¡Hasta ahí podíamos llegar!" Será divertido. Ojalá la ley sirva para corroborar que es preferible dar siempre facilidades a todos, para que reine un poco de paz.