Seguramente los momentos que más disfruto de la docencia son aquellos en que leemos poemas. Recitábamos a Neruda y tras el silencio religioso que siguió al «...y estos sean los últimos versos que yo le escribo» del poema 20 de amor y la canción desesperada, tocaba Alturas de Machu Picchu. Al instante se deshizo el momento lírico que debía preceder a la grandeza épica y los muchachos empezaron a reírse sin que pudiera arrancar siquiera el inolvidable «Sube a nacer conmigo, hermano». Contrariada protesté que las carcajadas no venían a cuento, pero, tras informarme de que era porque Machu Picchu es un personaje de la serie Aída, reprimí un instante más que fugaz y profundo de desconsuelo, e intenté continuar la clase con normalidad. No veo Aída, ni normalmente nada que se emita en esa cadena. Pero me salpica, como nos salpica a todos, el contenido deleznable que a menudo emite. Y nos salpica porque, aunque albergo la esperanza de que su influencia no sea como la que antiguamente tenía la televisión, muy mitigada por preferir los jóvenes internet que la antes llamada pequeña pantalla, y no la veamos media España, la otra media sí la ve y la prensa luego, incluso la más seria airea sus contenidos. Por ejemplo, del programa Supervivientes, leo en ABC que un tal Kiko se dirigió el otro día a una tal Gloria Camila, la hija adoptiva de Rocío Jurado, y le espetó tan fresco: «Cállate porque lo digo yo que soy tu novio».

Sé que no es solo cosa de la tele. No hace mucho, Pérez Reverte, cuya última novela Falcó me ha parecido más que notable, intentó epatar fuera de tiesto refiriéndose a una actriz como «la de las tetas gordas», sintagma utilizado antes por un político andaluz de Izquierda Unida, que pasó mucho más desapercibido, tal vez porque a la izquierda se la presupone feminista, nada más que porque sí. Luego está lo de Motos y que si las chicas perrean o no. Y suma y sigue que abundan los casos y falta espacio.

Juzgue usted, querido lector, si así se puede educar en la igualdad, en el respeto a la mujer y en la prevención de la violencia de género.