Mientras se resuelve el tema de las tarjetas de Caja Madrid, que será cuando los juzgados saquen tiempo para ponerse a juzgar a sus colegas, cae otro de los políticos con repercusión y cierto prestigio internacional, Rodrigo Rato ; Meses atrás también lo hizo la nefasta ministra de Fomento de Zapatero, Magdalena Alvarez alias Maleni, que durante un tiempo estuvo en la cúpula del Banco Europeo de Inversiones. Ahora, después de revisar la irrisoria lista de dirigentes que hemos exportado, sólo nos queda encomendarnos a Solana como el único que no ha defraudado, de momento, la confianza que un día se depositó en él -ellos-, por no hablar de la imagen que proyectamos hacia el exterior.

Tampoco ayuda a que ésta mejore las andanzas del autoproclamado libertador de Cataluña, el oportunista Arturo Mas , que ha decidido jugar a eso de la democracia, primero saltándose las leyes en las que ésta, precisamente, se basa. Y ahora, como sí todo fuese un mediocre juego de rol, poniendo en marcha una consulta sobre su permanencia dentro de España en la que se ha evaporado hasta el apoyo de los que siempre fueron independentistas. Una consulta caprichosa, la espada de Damocles que fulminará su carrera.

Por lo menos ya podemos relajarnos un poco con el problema del ébola. Ante los casos que han aparecido en los States ya no somos el único país occidental donde fallaron los protocolos, aunque nadie borrará el recuerdo de que fuimos el primero que intentó acabar con ella matando al perro, por aquello de que no hay nada como el refranero español.

Y así, mientras unos gastan dinero público que iba destinado a labores de representación en la compra de arte sacro, borracheras en discotecas de moda o en lencería fina de primera calidad, y otros en campañas de publicidad para sus recién adquiridas aspiraciones, se dejan de lado proyectos de investigación científica que irían encaminados a mejorar la calidad de vida de una sociedad cuya sintomatología debería de empezar a preocuparnos de una vez por todas; mientras argumentan estos recortes en la tan ansiada recuperación económica, aunque sea a costa de un futuro incierto, seguramente peor de lo imaginado.