Debemos felicitarnos por comenzar a coincidir más, aunque sea de manera casual, en la lógica del desarrollo económico regional y por ejecutarla. En Extremadura, durante mucho tiempo, ha estado y está pendiente la labor del cosido infraestructural definitivo, pero también fraterno y humano entre las dos provincias; una más castellano-vieja y otra más sureña y dicharachera. De poco nos sirve que la nacional que nos une con Madrid haya impuesto, desde siempre, su prurito de conectar Trujillo con Mérida; o que, recientemente, la oportuna razón regional haya conexionado Miajadas a Don Benito, si, desde las dos principales capitales provinciales, la distancia geográfica, medida en tiempo y en accesibilidad recíproca, las seguía separando un hiato tan verde y bello como la Sierra de San Pedro.

XY ES QUEx, si queremos apuntalar argumentos a favor de esta nueva prometida infraestructura, bástenos señalar, entre otros que ya se han citado, otros buenos cuantos argumentos también:

Se trata de unir a las dos capitales de provincia de Extremadura; son las ciudades más pobladas de Extremadura, sumando entre ellas, según el último censo, cerca de un 22% del total de la población extremeña; si con esta infraestructura se propicia la oferta de una accesibilidad y seguridad mayor, permitirá un aumento de las actuales intensidades medias de tráfico, teniendo en cuenta que se trata de núcleos de población más que suficientemente poblados. Estas intensidades alcanzarán un nivel relativo equivalente al de otras interacciones entre capitales provinciales españolas vecinas; el cuidadoso estudio de impacto ambiental y las soluciones ingenieriles avanzadas deberán saber minimizar la posible repercusión negativa sobre un espacio verde tan importante como la Sierra de San Pedro; los campus universitarios de Cáceres y de Badajoz se verán favorecidos por esta infraestructura; se facilitará una comunicación más rápida de la capital cacereña con Portugal y con su capital, Lisboa; se acercará la plataforma logística de Elvas/Badajoz a Cáceres capital y al resto de la provincia cacereña; acercaremos Badajoz a Cáceres, pero también a Plasencia, Castelo Branco (cuando esté realizada la autovía) y a Madrid (por otro camino); encajaremos una pieza crucial y definitiva en la articulación infraestructural regional; es un buen momento político para esta iniciativa por parte del Ejecutivo regional. Y a éste cabe, en estos momentos, en el actual ejercicio de gobierno, rectificar y ejecutar, si lo considera; atendiera o no a la reiterada reclamación de la oposición y queriendo asistir ahora al sentir ciudadano de estas capitales provinciales.

Sólo acaso esperamos que esta reafirmación en la interconexión de capitales de provincias extremeñas nos llevase también a establecer una vía ferroviaria, aunque fuese vía Mérida, con tiempos de accesibilidad rápidos y competitivos, gracias por ejemplo, a la circulación de regionales por la nueva vía del AVE en 2010 o 2011.

*Profesor de la Uex