WEw l 20 de julio se cumplen 40 años de los primeros pasos del hombre sobre la superficie lunar. Millones de teleespectadores estuvieron pendientes de aquella huella histórica que significaba, en palabras del astronauta Neil Armstrong, "un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad". En el alunizaje del Eagle (el módulo lunar del Apolo XI) en el Mar de la Tranquilidad muchos evocaron a Cyrano o a Frank Sinatra, mientras el satélite del romanticismo era conquistado por dos hombres (Armstrong y Edwin Aldrin), que estaban allí, desplegaban la bandera de EEUU, recogían rocas y colocaban en aquella "desolación magnífica" una placa que hablaba de paz y progreso. Mientras tanto, Michael Collins, el tercer tripulante, les esperaba en el módulo de mando Columbia para regresar a la Tierra en la primera expedición de la NASA que conseguía un hito sin parangón en la carrera del espacio. La Unión Soviética se había avanzado a finales de los años 50 con el lanzamiento del Sputnik, y la Administración Kennedy impulsó a su vez el programa Apolo no solo como un reto científico, sino como un episodio más de la guerra fría.

Desde entonces, solo 10 hombres más han vuelto a la luna. En 1972, se suspendieron los vuelos y, aunque ahora, se anuncia el proyecto de una base permanente a lo largo de la próxima década, el panorama es, como mínimo, nublado.