Sólo cinco días después de que el Tribunal Constitucional avalase la ley de partidos diseñada para poner fuera de la ley a Batasuna, una sala especial del Supremo la ha aplicado para ilegalizar, por unanimidad, a la formación radical vasca. Comparten el mismo destino sus anteriores marcas , Herri Batasuna y Euskal Herritarrok, y las agrupaciones políticas que puedan sucederla y que sean consideradas por el Supremo como pantallas para la resurrección de Batasuna. Todo indica que la plataforma AuB, destinada a agrupar el voto aberzale radical en las municipales, no es más que eso, y probablemente correrá la misma suerte.

Ni los apremios del Gobierno a los jueces para conseguir una decisión rápida ponen en cuestión los fundamentos de la sentencia: HB/EH/Batasuna nació como brazo político de ETA, sus militantes han contribuido a generar un clima de coacción entre los ciudadanos vascos y las declaraciones de sus líderes han justificado los asesinatos etarras. Son razones más que suficientes para expulsar del juego político democrático a Batasuna aun sin esperar que la justicia penal establezca, en otro proceso paralelo, si la coalición puede ser considerada un simple elemento de ETA.