A LA HACIENDA PÚBLICA

¡¡¡Gooool!!!

Ángel Morillo Triviño // Castuera (Badajoz)

Pedientes de pedir una copa, el camarero, escuchando un transistor, no nos hacía ni caso. Hasta que, dando un salto, se «desató» el chisme del oído y exclamó: ¡Ha marcado Carrigan! Una vez más, había ganado el Madrid, y este pobre chico, Laurie Cunningham, creo recordar que murió en un accidente de tráfico en Madrid siete u ocho años después. El camarero, un amigo, también murió hace unos años, joven aún, por culpa del Marlboro. C´est la vie.

Ahora, quien acaba de marcar un golazo por toda la escuadra, pero fuera del terreno de juego, es el famoso Cristiano Ronaldo. Se lo ha marcado al erario, y como por su nombre lo deja claro --«con la iglesia hemos topado amigo Sancho»--, por ese arte de birlibirloque de la justicia española, posiblemente, no le pase nada, pues el caso habrá prescrito. Es la ventaja que tiene llamarse de nombre Cristiano --y de jugar en el Real Madrid-- que nadie se atreve a meterle mano no sea que lo castigue Dios. Y aunque esta temporada Messi ha ganado la bota de oro, el mejor gol lo ha marcado Ronaldo. Nos lo ha marcado a todos los contribuyentes, ya que, «Hacienda somos todos».

Pero no es el fraude fiscal de los futbolistas lo peor de todo, aún a pesar de que la mayoría de los que juegan en Primera División y el resto de deportistas de élite lo cometen sin preocuparse lo más mínimo, pues de sobra saben que sus casos prescribirán o se saldarán con una multa que para ellos no deja de ser «calderilla» proporcionalmente a sus multimillonarios salarios. Lo peor es que todos estos «ídolos» han sido fichados con dinero público, y no precisamente de los que van cada domingo a ver los partidos. Dinero público, salido mediante «créditos», de las antiguas cajas de ahorros (Bankia, etcétera, etcétera) o de los bancos que entre todos hemos tenido que rescatar. Amén de que esos «créditos luego son condonados o no se pagan nunca, porque de ello se encarga la famosa deuda pública (el mejor negocio de la historia del mundo) que, sabido es, está en poder de la banca en casi el 100%. Para entendernos, muy fácil: Ponemos parte del dinero de nuestros impuestos en el Banco Central Europeo (BCE) y éste se lo vende a la banca al ¡0%!, y con dichos fondos, la Banca compra nuestra Deuda Pública para podernos financiar al 3%, 4%, 5% o más. Es decir, con nuestro propio dinero, que no le ha costado nada, ¡el 0%!, compran nuestra deuda pública y se ganan un suculento tanto por ciento. ¡Ese sí que es un gooool! Como para no creer en Dios y meterse con los que no pagan el fichaje de un «Cristiano»..., aunque le digan Ronaldo.