Las manifestaciones del señor obispo Juan Antonio Martínez Camino, en nombre de la Conferencia Episcopal Española, de condena total para aquellas personas que voten o apoyen la reforma sobre la Ley del Aborto, suenan a situaciones propias de la Inquisición de tiempos medievales.

Creemos que todo el mundo está por la vida, pero que, a veces, situaciones personales dramáticas fuerzan a las personas a realizar cosas que no desean. Estas decisiones, drásticas, al margen de cualquier ideología, son las que nos llevan a respetar a esas personas, que de no hacerlo, se verían obligadas a realizar estos actos con gran precariedad sanitaria y riesgo de encarcelamiento.

Contrasta esta actitud belicosa, en defensa de los no nacidos, con una levedad en las declaraciones, muchas veces ausencia de ellas, hacia los gobiernos e instituciones que provocan o permiten que mueran cada día de hambre miles de niños. No hay condena, si acaso ligera tibieza, hacia estas entidades que están en la raíz injusta de estas desigualdades. Mucho menos, se observa, que la Institución Jerárquica Católica, se vuelque, con todos los medios que tiene a su alcance, en remediar estas hambrunas.

Observamos con dolor, que el mensaje de Jesús no aparece por ningún lado, en quienes tienen la obligación de ser Amor hacia los demás, cuando este se cambia por una condena permanente.

Desde Redes Cristianas de Extremadura, rechazamos las declaraciones del Portavoz de la Conferencia Episcopal, apostamos de forma decidida por la vida y respetamos la decisión que cualquier mujer pueda tomar en estos momentos duros, respecto a su embarazo.

Juan A. Serrano Pereira **

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