TEtl Fórum catalán pretende el acercamiento de culturas, creencias y costumbres, a condición, parece, de que éstas no sean andaluzas. Hace unos días algunos nacionalistas cuestionaban, severamente, la oportunidad de la Feria de Abril que los andaluces catalanes celebran allí cada año.

Es muy fácil convocar a la universalidad y al diálogo a personas musulmanas de Zamboanga o a animistas activos de Zinbawue para discutir sobre la fraternidad universal; lo difícil es dialogar con el vecino de al lado, respetar y promover su cultura cuando ésta es distinta a la barretina y la sardana. La insistencia en la diferencia es el narcisismo de las pequeñas desigualdades que introduce la hostilidad en las relaciones de la gente cercana y logra excluir, más que reforzar, los lazos de convivencia.

Es el purista universal y su ambigua bilis. Presencié el otro día la entrada de la patrona de Cáceres en su santuario a ritmo de sevillanas. La gente se sentía radiante y feliz, por más que algún estilista reclamara insistentemente el compás del redoble. Al parecer, ni la Virgen se quejó. Los sentimientos ni se cierran en dos ni se venden en la feria: la cultura, con mayúsculas, bien pudiera dejar con el culo al aire a cierto nacionalismo ombliguero que reduce el mundo a su cocina.

*Filólogo