WLwa Unión Europea entra en una semana crucial tras la grave crisis abierta por el rechazo a la Constitución europea en Francia y Holanda. Es en estos momentos, en los que Europa se juega su futuro, cuando los líderes de los Veinticinco han de demostrar su responsabilidad. El Consejo Europeo del 16 y 17 de junio debe concluir con un mensaje claro de que el proceso de integración europea continuará adelante atendiendo, eso sí, con más sensibilidad las preocupaciones de los ciudadanos. Y aunque la adopción del nuevo marco presupuestario de la UE para el periodo 2007-2013 sea una cuestión muy problemática, la gravedad de la crisis política exige que se formalice un pacto donde primen los intereses comunes.

El acuerdo sólo será posible si Gran Bretaña renuncia a un anacrónico privilegio de recuperar el 66% de sus contribuciones netas a la UE; si Alemania, Suecia y Holanda aceptan un aumento de sus aportaciones anuales para financiar la ampliación de la Unión, y si España asume una reducción importante de las multimillonarias ayudas europeas, al rozar ya su nivel de renta la media europea. Finalmente, Italia debe evitar escudarse en un veto interesado para ocultar su particular fracaso económico.