Da toda la impresión de que las imágenes de quietud que trata de reflejar el Partido Popular no son del todo ciertas. En veinticuatro horas, la soflama de Angel Acebes contra los planes del Gobierno en relación con el diálogo con ETA fueran tan matizadas por Mariano Rajoy que ha sido difícil no ver una rectificación. ¿Realmente hay posiciones tan encontradas en la dirección del Partido Popular?
Para averiguar lo que de verdad pasa en el Partido Popular no hay que perder de vista la actitud de algunos medios de comunicación y lo que escriben algunos periodistas muy cercanos a la sede de Génova. De esas observaciones se empieza a deducir claramente que existen dos sensibilidades en el puesto de mando del Partido Popular en relación al proceso abierto en el País Vasco.
Mariano Rajoy sabe que si cierra todas las puertas a un apoyo al Gobierno en el tránsito de pacificación del País Vasco y el proceso no fracasa, sus posibilidades de alcanzar un resultado electoral digno desaparecen. Pero al mismo tiempo, sus colaboradores más cercanos están visceralmente enfrentados a la estrategia del Gobierno. Hasta ahora esa política no ha dado grandes réditos en intención de voto pero tampoco ha habido un descalabro en las previsiones de votos del Partido Popular. Sale mucho peor parado Mariano Rajoy como líder en la valoración de los ciudadanos que el partido en la intención de voto. Ese déficit de popularidad de Rajoy debiera preocuparle seriamente porque si sigue descendiendo en el ránking de la valoración de los políticos su continuidad al frente del partido terminará por verse afectada.
XHACE TIEMPOx que Mariano Rajoy debiera haber cogido el timón en un partido que siempre ha tenido un corte presidencialista, tanto en la época de Manuel Fraga como en la de José María Aznar . Los titubeos de Mariano Rajoy y las correcciones que tiene que aplicar a las actitudes de sus colaboradores son el mejor abono para que su imagen de liderazgo sea cada vez más etérea. De una vez por todas, Rajoy tendría que tomar el mando.
*Periodista
