Escritor

Al principio solo era Rodríguez Ibarra. ¿Por qué, se preguntó no hacemos Extremadura a imagen y semejanza mía...? Y ahí comenzó la obra, ayudado desde casa por la hormiguita llamada Leo, que lo asendera y le plancha las camisas con mimo. Después ya vino don Manuel Cañada a sembrar todo lo que ha sembrado contra los popes de la cultura, hasta ahora desconocidos. Necesitaba Ibarra un colega que le llevara las cuentas, y se encontró con un tal Amigo, que le pasaba las visitas al alcalde de Mérida (por cierto qué discurso tan horroroso el de Acedo) y le dijo eso de sígueme. Hoy como pronosticó Veiga en un libro profético, Manolo Amigo está rodeado de rododendros, mientras Casilda limpia el polvo de Presidencia con redecilla. Como un gran arquitecto, Ibarra fue construyendo un orbe propio, hasta que llegó el momento que se dijo, por qué no hacemos un día, que intentemos besarnos pese a lo que cabreo... Y se hizo ese día, y la filarmónica nos toca el himno de la alegría, con gran cabreo de Floriano, el más guapo de la reunión. Y se hizo. Y hasta ahora nunca ha llovido ese día, ni ha tronado, o ha tronado poco y catetamente, con las sillas vacías del PP que no quiere gobernar y es de agradecer. Si en los primeros tiempos el día era para empercudirse un poco, hoy es más solemne y profundo, que hasta el estertor del pecho de Florinda Chico sale como el ronquido de un mar embravecido por el amor a su tierra, o nos conmovemos con la bellísima canción "Soy" de Luis Pastor que estuvo colosal.

Como no podía ser de otro modo, el gran arquitecto, su voz, esta vez tronó, frente a un auditorio entregado, para preguntarnos de qué nos avergonzamos, sin que él quiera limitar a los discrepantes... Y el pueblo lo recibió con aplausos y los pitos de unos pocos, que de todo tiene que haber en la viña de Ibarra. Solo hubo caras serias en el gobierno, penetrado de tanta responsabilidad como Buenadicha quiere transmitirles, y la cardenalizada figura del fiscal, que ahora pasea hiératico por la cavea baja el peso de la culpa, y así pasó a mi lado adjunto con desdén infinito. A las víctimas del terrorismo, les faltó la voz que nos conmoviera, pero esta es la gran asignatura pendiente que todavía esperan los fusilados de Badajoz, nada menos que desde el año 36.