Recordar con nostalgia el pasado puede ser mal negocio para el mortal de edad madura que no se haya adaptado adecuadamente a su condición irremediable de adulto, sobre todo cuando lo que se intenta extraer de la memoria son las vivencias de la infancia. Eso de pretender revivir con demasiado deseo los irrecuperables años infantiles puede delatar una madurez desabrida, poco deseada. Pero en cambio, para cualquier adulto satisfecho de sus años, es un sano disfrute evocar costumbres y vivencias infantiles para compartirlas en tertulias o manuscritos con sus contemporáneos, y para darlas a conocer a la chiquillería de hoy.

A veces rememoro para mi hija al muchacho que yo era cuando la plaza Mayor de Cáceres tenía una bandeja opulenta y bien extendida, con copiosa arboleda, palmeras robustas y frondosos setos, y suelo de mosaico empedrado blanco y negro; allá por el principio de los años setenta. Y le digo a mi hija, una forofa del cómic, que en aquella plaza, ahora vestida con ridículo delantal de granito artificioso y mobiliario de dudoso estilo artdeco, por entonces había dos quioscos donde los críos, y no tan críos, comprábamos y cambiábamos las historietas del Jabato, del Capitán Trueno, de Hazañas Bélicas, de Roberto Alcázar y Pedrín, de los Zipi y Zape, Rompetechos, Mortadelo y Filemón, etcétera. No había domingo mañanero que la plaza Mayor no se convirtiera en un efervescente zoco destinado al intercambio y a la compra-venta de tebeos e historietas.

Pero el esplendor del intercambio llegó con el cromo, esa estampa acartonada que los quioscos mencionados vendían en sobres de a tres o de a cuatro, reliquia desgastada de tanto sobe, que estaba destinada a rellenar un álbum que siempre esperaba el cromo imposible: el difícil. Y para conseguir el difícil, se formaba el mercadillo, el toma y dame, la cháchara; el pares o nones, que era un juego de aperruche , en el que te quedabas sin cromos por menos que canta un gallo. No olvidaré la colección Fauna y Vida, ni una dedicada a la Prehistoria, ni la de futbolistas, ni la de aviones de los chicles Cosmo ; y otras que mi memoria, sin mi permiso, ha borrado. ménez.mifotoblog.com

*Pintor