Consciente de que su plan soberanista puede sufrir un nuevo revolcón en Madrid y de que su tenaz estrategia resta al PNV más votos de los que suma, el lendakari, Juan José Ibarretxe, ha dado una vuelta de tuerca táctica y se propone ahora llevar a la Moncloa, el próximo día 20, un proyecto de acuerdo basado en las conversaciones que tuvieron lugar en Loyola (Guipúzcoa) en octubre del 2006 entre el PNV, el PSE-PSOE y Batasuna.

Estas tres formaciones avanzaron, en plena tregua de ETA, en un supuesto preacuerdo secreto que afectaba a cuestiones tan delicadas como el derecho a decidir de los vascos o la progresiva integración de Navarra y el País Vasco. Ibarretxe saca ahora de sus archivos esos documentos para plantearle al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que si entonces estaba dispuesto a respaldar esos acuerdos, debe hacerlo ahora.

Cualquiera que sea la valoración de las conversaciones de Loyola, lo cierto es que nunca avanzaron hacia un debate abierto, público y que tuviera como sede las instituciones democráticas. Por eso suena ahora a oportunismo que Ibarretxe se agarre a ese punto de partida para invocar a Santa Rita --lo que se da no se quita-- y pretenda colar algo muy parecido a lo que establece su fracasado plan, hoja de ruta incluida.

El problema para él y, por extensión, para el PNV es que las circunstancias políticas han cambiado sustancialmente. El Gobierno socialista abrió el diálogo con el nacionalismo vasco en el contexto de un intento de final negociado del terrorismo de ETA.

Pero la tentativa fracasó, por culpa de ETA, y Rodríguez Zapatero cambió el paso. Escaldado por aquella experiencia, resulta inverosímil que el presidente del Gobierno abra ahora la vía --inconstitucional-- a las pretensiones soberanistas. Y así se lo dejó claro ayer, ya que entiende que los ciudadanos no quieren aventuras "y mucho menos aventuras que traspasen las reglas de juego", ha afirmado Zapatero.

En este contexto, el presidente del Gobierno también le ha lanzado una seria advertencia al lendakari, al que ha emplazado a buscar el diálogo con las fuerzas políticas de Euskadi y con el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López.

Ante este fatigoso bloqueo político, el lendakari se presentará en la Moncloa el día 20 para ver a Zapatero y tratar de salvar la cara tras sus anteriores órdagos. No parece que con el documento de Loyola pueda lograrlo. Si Ibarretxe no muestra una mayor cintura, vamos hacia un nuevo portazo al lendakari, al que no le quedará más remedio que convocar elecciones en Euskadi, con el riesgo, a la vista de lo que pasó el 9 de marzo, de perderlas.