Hay expresiones y dichos que pululan por ahí de manera incesante, poniéndose en circulación en boca de muchos españoles. Hemos elegido tres como ejemplos. Veamos:Entre comillas . Frase que es escenificada por el que las profiere enarbolando las manos y trazando, con los dedos índice y corazón, dos garabatos a guisa de garfios, semejando las garras de un felino, un trance de ataque. El curioso gesto presupone, en mi opinión: Primero, que lo que se dice va con segundas intenciones, pues, en caso contrario, no haría falta ilustrar la conversación con tan gráfico método. Segundo, que dicho garabato está ocupando el lugar de una fina ironía, hurtándose el emisor la ocasión de probar al receptor su posible talento con la palabra.

¡Venga...! Vulgar expresión, que suele cerrar una conversación, bien después de tomar unas copas o finalizada una conversación telefónica. La socorrida palabreja, con ínfulas de tiempo imperativo, parece sustituir al ¡hasta luego! , aunque también podría decir: ¡Bueno, ya está bien! Un reto más para la Academia...

¡Genial! Adjetivo que tanto sirve para un roto como para un descosido, alcanzando la categoría de tal, por muy banal que sea la cosa considerada. Si es cierto que el diccionario lo utiliza, también, respecto a lo "excelente, placentero, que causa agrado", amén de la acepción referida a "lo relativo al genio creador, o que tiene sus características", no es menos cierto que muchas personas la han convertido en una adjetivación todo terreno. Sobre todo, los jóvenes. Todo es o está genial , tanto unas sopas que tomemos, una película, un vestido, el viaje que realicemos... Lázaro Carreter, pues, tiene tarea suficiente para ofrecernos el primor de sus glosas sobre tales frases.