El cuento de los tres peritos o de cómo volvió a cobrar vida el viejo proverbio de ir por lana y salir trasquilado, es lo último que se despacha en este basurero político e informativo en el que andamos metidos. Tiene su explicación pero es amarga. Por un lado, el clima pre-electoral que respiramos. Por otro, la resistencia de un sector del PP que secunda a El Mundo y la COPE en la malsana resistencia a quitarse de una puñetera vez el luto por la derrota electoral del 14 de marzo. Unos y otros siguen empeñados en descubrir la inexistente caja negra de la conspiración para poner a Zapatero en Moncloa. Y la buscan hasta en los basureros.

La intervención de Garzón contra los tres peritos ya ha convertido el dichoso informe pericial sobre el ácido bórico en un objeto imposible, pues sirve para que tirios y troyanos se acusen mutuamente de manipulación con las mismas palabras: "Queremos saber quiénes han sido los instigadores". Tanto López Garrido (PSOE) como Eduardo Zaplana (PP), firman la frase. Hace unos días muchos creímos de buena fe, a la vista de las primeras informaciones, que en Interior se había dado al menos un caso de censura, si no de manipulación de documento. Así lo dijimos y lo escribimos. Ahora tenemos derecho a lamentar el fraude cometido en dichas informaciones. Se nos engañó y se engañó a los lectores sobre un documento cuya oficialidad se fabricó casi un año después (julio 06) de que el consabido informe pericial se quedara en borrador (marzo 05).

XSE PUEDEx criticar el hecho de que solo se convirtiera en documento oficial la parte del informe que el superior de los tres peritos consideró útil y ajustada a la prueba pericial solicitada. Pero eso no es falsear un documento oficial. Ni siquiera es censura.

or la misma razón que un artículo no ve la luz en el diario El Mundo, o en cualquier otro, si su director lo rechaza por baja calidad. Y por la misma razón que el jefe de cocina tira al cubo de la basura el guiso de uno de sus cocineros en nombre del paladar o la buena salud de sus clientes.

El episodio ha cobrado relevancia judicial porque se ventila un supuesto delito por falsedad en documento, del que serían responsables los tres peritos y sus eventuales instigadores. Pero, como queda dicho, estamos ante un fraude informativo. Uno más en la fabricación de climas artificiales sin reparar en el desgaste institucional que eso supone. Algo que perjudica la causa electoral del partido y al liderazgo de Rajoy .

*Periodista