TTtras esta palabra se esconden historias de amor entre mujeres, vidas y experiencias personales que en la inmensa mayoría de los casos han sido objeto de discriminación y que incluso han tenido que ser vividas de la puertas adentro.

Este ocultamiento es hoy el principal problema para dar un paso adelante hacia la vida en libertad, para que podamos avanzar ante la ignominia con la que la historia ha tratado la homosexualidad, especialmente la de las mujeres. Por eso decidimos que 2008 fuera el Año de la Visibilidad Lésbica, y que por ello todas las actividades en torno al 28 de junio de este año tuvieran ese objetivo.

Obviar que hay mujeres que aman a mujeres, no darles voz y espacios de participación, no tenerlas en cuenta a la hora de diseñar políticas que les afecten, genera que tantas mujeres, lejos de poder desarrollar sus vidas en la completa normalidad tengamos que seguir luchando por conseguir esa igualdad real que todo ciudadano ansía, y que nosotras tenemos aun lejos.

Por eso este año solicitar un sistema sanitario que garantice nuestra salud de forma integral, con revisión de protocolos de ginecología, que recoja nuestras necesidades específicas, con profesionales sanitarios formados y respetuosos con nuestra orientación sexual, y exigimos el pleno acceso a las técnicas de reproducción asistida, incluyendo la donación de óvulos en el seno de las parejas de mujeres.

Mucho trabajo pendiente, pero el camino empieza por asumir nuestra pequeña cuota de responsabilidad hacia la normalidad, simplemente que nos hagamos visibles, que defendamos nuestro espacio social, y de ahí la importancia de existir ante los ojos de los demás, porque hasta que no consigamos eso nos seguirán negando todo lo demás.

Todas hemos sido educadas en una sociedad heterosexista y patriarcal, en la que las mujeres debíamos enamorarnos de un hombre, con roles asignados que, de no cumplirlos se convierten en arma arrojadiza contra nosotras mismas. Todo esto puede comenzar a cambiar.

El primer paso, el de cada una de nosotras. Ha llegado la hora de olvidarnos de las apariencias y de lo que se espera de nosotras mismas en una sociedad que se fue diseñada sin contar con nuestra opinión. Ha llegado la hora de ser nosotras mismas. Lesbianas.