La clasificación del Badajoz para la disputa de la liguilla de ascenso a Segunda División no puede compensar la mala temporada del fútbol extremeño en la Segunda División B. El global es, se mire por donde se mire, especialmente negativo, con los descensos de Cacereño, Villanovense y Mérida, que vienen a confirmar un año para olvidar cuanto antes, aunque cueste.

El Badajoz y el Jerez han sido las referencias en positivo de nuestro fútbol este año. Los primeros han cumplido con las expectativas, situándose donde se tenían que situar, ya que era, a priori, uno de los gallitos . El Jerez, mientras tanto, ha hecho mucho más de lo que se esperaba, dada su modestia. El Extremadura, otro de los nuestros, ha cerrado el año discretamente, aunque en Segunda B, que es lo mínimo que se puede pedir. En el lado negativo, es evidente que el Cacereño se lleva la palma de los fracasos. Dos años después, los verdes vuelven a la Tercera División tras un nefasto trabajo de sus dirigentes y técnicos, estadística en mano. El Mérida, lastrado por sus problemas económicos, ha acabado con dignidad, algo parecido a la campaña del Villanovense, que no ha podido resistir en el año de su reencuentro con la Segunda División B. Una temporada, en fin, de disgustos para los aficionados.