Este curso escolar el aumento importante en la adjudicación de vacantes y posteriores llamamientos al personal funcionario interino nos llevan ineludiblemente a una terrible conclusión: el elevado número de necesidades que tiene nuestro sistema educativo regional, pero también de la política de conversión de la tradicional estabilidad de las plantillas por la precariedad laboral.

A día de hoy, en Extremadura, hay 116 suprimidos y 42 desplazados en Infantil y Primaria, más 39 de Secundaria que suponen unos 200 puestos de trabajo no contemplados para este curso en relación con anteriores, además, existen más de 180 docentes de Infantil y Primaria que todavía no tienen destino definitivo, más 283 del cuerpo Secundaria y profesores técnicos de FP. Esto quiere decir, que si sumamos estas cifras al número de vacantes asignadas al personal interino, la cifra sitúa a Extremadura con más de 2.500 plazas que deben ser cubiertas por personal no titular de la misma, es decir, puestos de trabajo sin personal definitivo, que año tras año tienen distintos alumnos en distintos centros . Esto no solo perjudica a la estabilidad de la plantillas y a la calidad de la enseñanza, es decir, a nuestros alumnos, significa también un progresivo deterioro de las condiciones de trabajo del personal docente y el aumento de la precariedad laboral que venimos sufriendo sobre todo desde la entrada en vigor de las medidas de ajuste para la educación en 2012, pero acumuladas desde el 2010.

Sin embargo, esta situación no solo afecta a las condiciones laborales de los docentes. La estabilidad de las plantillas de los centros escolares es muy importante para la calidad de la educación, el conocimiento del alumnado, del centro, de su proyecto pedagógico y/o de las familias-

Extremadura necesita de unas oposiciones urgentemente que reconvierta esos puestos de trabajo en régimen de interinidad en funcionarios de carrera y por el elevado número de las necesidades de este curso, como mínimo la cifra para todas las especialidades y cuerpos no debería bajar de 1000. Y es que no siempre más es mejor, a veces es menos.