Arrancó la Constitución en 1978 con cuatro problemas históricos encima de la mesa: la forma de Estado, la cuestión religiosa, el modelo económico y social y el problema territorial. A lo largo de estos treinta y cuatro años, aunque con algunos sobresaltos y matizaciones, tres habían dejado de serlo y el territorial parecía encauzado.

Sin embargo, desde el 11 de septiembre de 2012 resurge uno con fuerza en Cataluña. Las elecciones son anticipadas al pasado 25 de noviembre para alimentar la cuestión territorial. El "informe fantasma" sobre presuntas cuentas en Suiza del líder de Convergencia i Unió, Artur Mas , y la familia del ex presidente catalán Jordi Pujol , pretende aminorarlo. El resultado electoral, no satisface a ninguna de las partes. Entonces aparece borrador 2 del anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) del ministro José Ignacio Wert , que es interpretado en las tierras de Cataluña como un ataque al modelo educativo catalán y a la inmersión lingüística. Mas, en calidad de presidente en funciones de la Generalitat, convoca inmediatamente una cumbre de partidos "ante la ofensiva al catalán y a la convivencia en Cataluña"; el Barça emite un comunicado en defensa del catalán como "elemento de integración que permite identificarse con el país", y sindicatos, asociaciones de padres, estudiantes y movimientos de renovación pedagógica convocan una jornada de lucha para este jueves.

Por otra parte, Isabel Celaá , la consejera de Educación en funciones del País Vasco, insta a partidos políticos, agentes sociales y comunidad educativa a defender el sistema educativo vasco. Además, Wert pone la cuestión religiosa encima de la mesa. Todo indica que el presidente Rajoy lleva a la práctica lo que criticaba a Mas: "los problemas no se solucionan creando problemas". Tampoco servirán como cortina de humo de otros problemas.