Pintor

La ciencia, el arte y la filosofía siempre han tenido algo en común: manifestar la permanente enemistad de la vida y la muerte. Y la guerra y la violencia siempre serán un despropósito infinito de muerte y calamidad. De ahí que gentes provinientes del pensamiento y del arte se unan al clamor popular del no a la guerra.

Es una cuestión de sensibilidad y de principios; como la paz y su búsqueda son una actitud y una ética. Ningún ser humano tiene derecho a convertirse en destino de otro ser humano y al parecer así lo cree el 93% de la ciudadanía.

Este no a la guerra cataliza muchas más cosas, mucho cabreo acumulado, muchas esperanzas asesinadas... Que lo analicen quienes deben hacerlo. Que tomen nota.