Lo vivido esta semana en la Asamblea de Extremadura parece la antesala de lo que va a ocurrir la que viene. El PSOE (30 diputados y en minoría) presentó una propuesta de ley, en este caso para eliminar el Consejo Consultivo, y el resto de grupos políticos la enmendaron, cada uno con su iniciativa, lo que conllevó que no saliera adelante ninguna. Resultado: el Consejo Consultivo deberá echar el cierre tal y como querían los socialistas.

Pasado mañana, martes, se presentan los Presupuestos de Extremadura del 2016, el proyecto de ley más importante de cuantos llegan al Parlamento cada año. El PP (28 diputados) ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad que suponga su devolución al Gobierno, y Podemos (6 diputados) y Ciudadanos (1 diputado) han preferido esperar a mañana, lunes, para anunciar su postura por aquello de mantener la incógnita hasta el último momento. ¿Nervios? Ningunos. ¿A que al final cada grupo presenta su enmienda, no hay acuerdo entre ellos y el PSOE saca adelante su proyecto?

De todas maneras, ya ha dicho Fernández Vara, que no sería "un drama" gobernar con los Presupuestos anteriores prorrogados, es decir los de Monago de este año. Un drama no, pero un contrasentido sin duda, sobre todo después de las críticas vertidas sobre los mismos teniendo en cuenta que se confeccionaron en contra de las estipulaciones de la Ley de Estabilidad, presentan gastos e ingresos no coincidentes y contienen un déficit de 250 millones de euros en políticas sociales siguiendo los argumentos del propio Ejecutivo. Bien parece que la declaración del presidente extremeño responde a una estrategia, la de quitarle hierro a la decisión de Podemos, no sea que sus seis diputados se crean todavía más importantes de lo que son.

En diciembre del 2011, en el arranque de la legislatura pasada y con un PP en minoría, Izquierda Unida --que en junio se había abstenido para dejar gobernar a Monago--, anunció una enmienda a la totalidad de los presupuestos. Pero la noche antes del pleno, Fernández Vara, que en aquel momento era líder la oposición, advirtió de que su grupo iba a apoyar esta enmienda, "fuese la que fuese", con tal de impedir los recortes que contenían las cuentas de los populares. Pedro Escobar y su gente no tuvieron más remedio que retirar su iniciativa 'in extremis' montando un sainete de los que pasarán a la historia y dando por sentado que empezaba una relación de amor con el PP que duró toda la legislatura.

Ahora Podemos está en ese papel. Su líder, Alvaro Jaén, no debe permanecer impasible sin enmendar las cuentas del PSOE, pero tampoco parecer su socio ni casarse, políticamente hablando, con Vara por mucho que sentaran las bases de un presunto noviazgo en aquella famosa cita de 'La Corrala'. Sin embargo, tiene en su favor que el PP nunca se va a sumar a su enmienda ni ellos a la del PP. Unos y otros están en las antípodas ideológicas, pero encima llegan las elecciones generales del 20 de diciembre y cualquier apaño entre ambos supondría darle argumentos al PSOE. Se pasaría del "tripartito" del que ahora habla el PP sin cesar para referirse al pacto que dicen que tienen PSOE, Podemos y Ciudadanos, a la "pinza" de otro tiempo pero ahora entre el PP y Podemos.

Lo lógico, lo esperado, es que ocurra justo lo vivido esta semana en el Parlamento: que los tres grupos de la oposición vayan por separado y no prospere ninguna iniciativa al no alcanzar votos suficientes. Esta situación no deja de ser un chollo para un gobierno que no goza de mayoría. Mientras la oposición no se entienda, una minoría es relativa pues supone de algún modo una mayoría. Con esa ventaja juega Vara, que, por cierto, es la misma que tenía Monago y duró cuatro años sin apenas sobresaltos.