WAwpartir del miércoles, los agentes de tráfico podrán imponer multas más severas por infracciones que hasta ahora eran menos perseguidas que el exceso de velocidad o la conducción bajo efectos del alcohol. No abrocharse el cinturón, hablar por el móvil, no usar la sillita infantil, montar en moto sin casco o no haber pasado la ITV puede costar a los denunciados hasta 300 euros de sanción, con la posibilidad de la retirada temporal del carnet de conducir. Este incremento del castigo, que ajusta la escala de gravedad de las multas a la que se aplicará el año que viene con el carnet por puntos, tiene explicación estadística: en los atestados de accidentes de tráfico constan, cada vez con más frecuencia, el incumplimiento de estas normas de seguridad, que muchos conductores se toman como si fuera sólo un consejo. La multa les disuadirá.

Tráfico ha dejado un margen de aplicación de las sanciones, que pueden variar entre 90 y 300 euros para las infracciones más frecuentes. Que el importe concreto dependa del riesgo real en que se ha incurrido es comprensible. Pero puede provocar confusión que no se unifiquen criterios cuando regiones como Euskadi y Cataluña --y todos los municipios en sus calles-- tienen agentes de tráfico propios.