TCtomo es lógico, lo primero que se preguntarán los lectores: ¿Qué es un TC? Pues estas dos letras aisladas, bailando en un renglón cualquiera de una "columna", o en el centro de una pancarta, o en un cartel de anuncios por palabras, no dicen nada y se pueden interpretar de muchas maneras.

¿Pueden referirse a una Turbina de Calor? En este caso, la mayoría de las veces estarán en folletos explicativos, como oferta de venta o simple publicidad; para aclarar que TC es una máquina que produce calor y lo expande con una turbina de aire. Pero, si no tienen ustedes una granja, un restaurante o una sala de fiestas, el invento no tiene mucha utilidad.

Puede ser también un Tren Comarcal; y, en este caso, no creo que sea necesario explicitar su utilidad; aunque habrá que contar siempre con los retrasos e incomodidades propios de la Renfe en líneas que no sean de Alta Velocidad.

Pero lo más seguro es que con estas siglas se estén refiriendo al Tribunal Constitucional. En este caso, sí creo necesario y conveniente explicar "in extenso" para qué debe servir, cómo debe funcionar y qué debemos esperar los sufridos ciudadanos de sus actuaciones y sentencias.

Un TC es fundamental en toda democracia poco consolidada --como la nuestra-- para que vigile y promueva los derechos, libertades y garantías constitucionales de todos nosotros. Para que ponga freno a los posibles y frecuentes abusos del Ejecutivo, cuando gobierna por "decretazos" con el fin de desmenuzar los derechos laborales de los trabajadores, abaratar los salarios, acortar la vigencia de los contratos y la estabilidad de los horarios en cada jornada, etc. También para controlar los desmadres del Legislativo, cuando aprovechando una eventual "mayoría absoluta", ganada en unas Elecciones Generales tergiversadas y disfrazadas bajo promesas de reducción de tributos, augurios de nuevos puestos de trabajo y previsiones de futuro --que ya se sabía que eran falsas, inalcanzables y hueras--, el colectivo político vencedor obtenía votos de los electores más ingenuos; y eso era suficiente para poder arrinconar a la Constitución y convertir en "papel mojado" todas sus garantías o derechos ciudadanos que estuviesen definidos en sus artículos y capítulos.

XEL TC ESx --o debe ser-- un Tribunal de Garantías Cívicas, compuesto por Magistrados "neutrales" e "independientes", que vigilan, observan, denuncian --si fuera necesario-- y restauran el "Estado de Derecho Constitucional" cuando ha sido violentado por cualquiera de los organismos del Estado; por cualquiera de sus funcionarios o por otras entidades que, sirviéndose de su poder económico, financiero, etc. aplasten los derechos de miles de ciudadanos humildes

Así, podemos exigir a los miembros de un TC que sean absolutamente neutrales en sus sentencias, con relación a las ideologías que lidian en el "ruedo" de la política; defendiendo los intereses o las creencias de unos y otros. Y si alguno de sus miembros no cumple esta condición de "neutralidad", y tiene el "carnet" de alguno de los partidos políticos en liza, que dimita, que se abstenga o que se ausente cuando haya que redactar una sentencia.

La independencia y la honestidad que se supone a todos los miembros de tan importante Tribunal conducen a la correcta interpretación de los capítulos y artículos del Texto Constitucional, para poder exigirlos --sin triquiñuelas ni "relecturas"-- a los demás Tribunales, Audiencias, juzgados y personal encargado de redactar y de aplicar las leyes, los decretos o los simples reglamentos; los que tanto le gustaba redactar al Conde de Romanones ; porque con ellos podía retorcer y variar lo que había salido aprobado del Parlamento.

Estas mismas recomendaciones que hacemos para el TC, podrían también aplicarse al CGPJ: un alto organismo al servicio de los ciudadanos, que avala la autenticidad y extensión de la Justicia. Al CNMV, garante de la legalidad de ciertas operaciones financieras; a la sombra de las cuales se han cometido y manipulado tan notables desmanes en las altas esferas económicas del país.

Si las cúpulas de la Administración Pública --especialmente de la Administración de Justicia-- se paralizan y deterioran, poco pueden hacer ya los ciudadanos de a pie para restaurar el valor y el honor de su patria. Ya solamente les quedará el "derecho de pataleo" y la insumisión al sistema.