En mi afán y obligación de estar al día en materia de empleo-desempleo, comparándonos con nuestros socios europeos, he acudido a la página de la Oficina Federal de Empleo, con sede en Nürnberg, ciudad que me es muy querida y en la que residí durante una década.

Me encontré con un amplio y detallado informe que podría sernos muy útil en España si al menos tuviésemos la humildad y la inteligencia de copiar de quienes nos dan sopas con honda. Mientras nuestros políticos invierten su tiempo en encontrar en el diccionario la mayor melonada con que echarle las cifras de parados a la cabeza al contrario, los alemanes, como siempre, se dedican a trabajar porque tienen muy claro que si las ideas nos surgen en esa actitud, las atrapan y las ponen en práctica; si nos cogen sesteando y con el cerebro enturbiado de paridas para escupirle al rival, el resultado es el que estamos padeciendo los gobernados, no los gobernantes, en esta piel de toro.

Trataré de resumir este riguroso informe:

XA DIA DE HOYx Alemania (recuerden que estamos en el mismo club), tiene una tasa de paro del 7% y que podría incluso situarse en el pleno empleo si no fuese por algunas lagunas derivadas de la RDA, que aún contabilizan tasas del 13% que hacen aumentar la media global de forma artificial. En la mayor parte del territorio, sin embargo, gozan ya del pleno empleo. Algunas de las claves nos las da el doctor Bernard Gräf , prestigioso economista del Deutsche Bank: entre otras, trabajar mejor y producir más con el apoyo de unos sindicatos serios y rigurosos, situados en la parcela que les corresponde y sólo en esa. Otro factor en este contexto es la baja temporalidad, el 15%, fruto de una cultura que dista mucho de la nuestra. Recordemos, aunque nos provoque sonrojo, que los contratos que hace tiempo se están firmando en España, son con el 90% de temporalidad, es tal la incultura que incluso muchos trabajadores, yo mismo soy testigo de ello, no quieren contrato indefinido, desgraciadamente son todavía demasiados los que no les interesa familiarizarse con su trabajo; no importa trabajar para producir sino estar para cobrar. Sin olvidar el error en que también incurrimos demasiados empresarios con ese falso temor a la contratación estable.

En el año 2009 Alemania salvó 1,2 millones de empleos reduciendo la jornada en la pequeña y mediana empresa un 60%, haciéndose cargo el Estado de esta diferencia con un costo para este año de 4.600 millones de euros que la canciller Merkel defiende porque es más barato que pagar 1,2 millones de seguros de desempleo al año que se hubieran producido sin esa solución. El mérito de ese nuevo milagro alemán no es sólo de la canciller, sino de la Oficina Federal de Empleo (no de paro, como la nuestra), que cuenta con 100.000 empleados rigurosamente seleccionados, 176 agencias, 660 oficinas, un presupuesto de 41.000 millones de euros, unos excelentes equipos de expertos con técnicas muy depuradas en mediación, creación de puestos de trabajo y adaptación de la oferta a la demanda.

Los equipos especialistas en paro de larga duración han creado al lado de Hamburgo el parque temático Schulungzentrum, incluso han construido un enorme supermercado en el polígono industrial para entrenar a los parados de larga duración y recuperar así las habilidades y hábito de trabajo en todas las facetas, incidiendo mucho en reaprender la relación entre el esfuerzo y la consecución de los resultados pretendidos, con técnicas depuradas y coaching.

El costo de todo este proceso es de 10.000 euros por parado, mientras que el importe anual del subsidio sería de 12.000 euros.

Posee la Oficina Federal un imponente banco de datos que utilizan para cruzar cada mes las ofertas con las demandas y a partir del currículum fabrican el empleado específico para el puesto. Como dice Wilhelm Adamy , ofrecen empleados a la carta y el propio señor Adamy adelanta que en el 2011 no se pagará en Alemania, en su totalidad, más de 14.500 millones de euros de subsidio de paro.

¡Casi como nosotros-!

*Presidente nacional de CAYPE

(Confederación de Autónomos y

Profesionales de España).