Tan acostumbrados como tantas veces estamos a pasar por los mismos sitios camino de nuestros trabajos y quehaceres cotidianos. Tan hechos a las aceras y a sus temperaturas. Tan contentos de que nuestros pies reconozcan las mismas superficies. Y así ocurre que una tarde cualquiera, al asomarse a los paseos, nuestra vida y las de otros pasan como en una película. Como ese flashback de tiempos en los que eran noticias los logros, las victorias y los personajes públicos.

Como cuando todo quedaba impreso en el papel y no existían ni Facebook ni internet ni la nube. Y tanto ocurre en apenas 100 metros de recorrido, que resulta imposible no verse reflejado en alguno de los acontecimientos que el Extremadura del siglo pasado, El Periódico Extremadura del siglo XXI, presenta en una exposición antológica con sus portadas más relevantes durante estos días en el paseo de Calvo Sotelo en Cáceres. Qué difícil habrá sido seleccionar, pero qué fácil resulta recordar un pedazo de la hemeroteca donde la vida la escriben los profesionales de este diario con un esfuerzo y dedicación admirables. Recomiendo una visita, una parada y un recuerdo.

Quizá hasta el deseo de que ustedes, a través de los diferentes canales que les ofrece este periódico, sugieran cuál ha sido la portada de su vida y eso sirva para la próxima muestra. Sin duda alguna, la mía fue la primera que llevó una noticia firmada por quien les escribe. Hay que guardar, sin más nostalgia que la que dan estos tiempos de prisas digitales, las imágenes que reservará para siempre la época de las linotipias, las tintas y los artesanos. Como si nada hubiera pasado y todo hubiera ocurrido. Porque este periódico nació cada mañana para mostrarse así de abierto en las calles. Solo de esta forma comprenderemos que lo que pasó se guarda en grandes y pequeñas cabeceras llenas de historias vitales.